Con una inversión aproximada de 62.600 euros, la actuación ha consistido en limpiar y restaurar una parcela situada justo debajo del viaducto de la carretera nacional N-629 en el barrio La Bárcena, próxima al Palacio-Torre Espina, declarado Bien de Interés Cultural, y al colindante con la ermita de Santiago.

Después de comprobar el nuevo estado de la parcela junto al alcalde de Ampuero, Patricio Fernández, y el director general de Medio Ambiente, Miguel Ángel Palacio, Díaz Tezanos ha destacado la recuperación integral llevada a cabo por su departamento para convertir una zona degradada y en estado de abandono en un nuevo espacio de esparcimiento y de ocio para los vecinos del municipio.

Se trata de una actuación que, tal y como ha explicado la vicepresidenta, forma parte de la política del Gobierno de Cantabria para integrar los espacios abandonados y degradados en los sistemas verdes de los ayuntamientos de la región.

En su opinión, es una actuación "muy positiva" por los "indudables" beneficios que aporta tanto al medio ambiente como a los vecinos de Ampuero, "que podrán disfrutar de un entorno fresco y habitable".

También ha felicitado a los responsables de llevar a cabo esta obra por la "agilidad" con la que han ejecutado los trabajos y el "buen acabado" de los mismos.

"Hace escasamente tres meses esto era un espacio degradado y hoy vemos que está completamente recuperado y rehabilitado", ha manifestado Díaz Tezanos.

Por su parte, el alcalde de Ampuero ha agradecido al Gobierno de Cantabria por realizar una obra "muy reivindicada desde hace tiempo" y con la que se mejora el aspecto del barrio La Bárcena con un espacio de esparcimiento y de ocio para niños y personas mayores.

También ha hecho extensible sus felicitaciones al Ministerio de Fomento por ceder los terrenos sobre los que se ha acometido la actuación.

NUEVO ESPACIO VERDE PARA AMPUERO

Los trabajos de recuperación y rehabilitación se han centrado en un área degradada y residual que era objeto de vertidos ilegales procedentes del sector de la construcción y de labores agrícolas.

Un "elevado grado de abandono y degradación" que se vio "acrecentado" por la aparición de varios focos de plantas invasoras, además de los problemas de drenaje que presentaba la parcela como consecuencia de las escorrentías propias del terreno y el aporte extra de agua proveniente de los desagües del propio viaducto.

Tras adecentar la zona, se procedió a la construcción de un nueva área estancial de relación social, que incluye una zona de juegos infantiles y una plantación de árboles autóctonos, que ha permitido recrear un micro bosque de fresnos.

Además, se ha mejorado la accesibilidad a la ermita de Santiago, creando una continuidad entre la plaza de acceso existente y el nuevo parque.

Una actuación que permite poner en valor a la ermita, situada junto a un vial estrecho y sin mucha visibilidad. También se ha construido una pequeña zona de aparcamientos.

El proyecto ha incluido la canalización de los imbornales del viaducto, así como la integración de las pilastras en el diseño del nuevo espacio.