Alexandra quería haber sido abogada

  • Su padre y su hermana están en Madrid.
  • La joven asesinada tenía pensado regresar pronto a su país.
Alexandra en su cuarto, en una fotografía del móvil de su hermana Andrea
Alexandra en su cuarto, en una fotografía del móvil de su hermana Andrea
20 MINUTOS.ES
Alexandra en su cuarto, en una fotografía del móvil de su hermana Andrea

"Era alegre, graciosa, le encantaba charlar con su hermana, salir a pasear y disfrutar del tiempo con sus amigos". Son palabras de la familia de Alexandra, la chica rumana de 20 años encontrada carbonizada el pasado martes en Alcalá de Henares tras ser rociada con un líquido inflamable, presuntamente por su novio, que está detenido.

Viajó a España para ahorrar dinero, regresar pronto y poder estudiar derecho
Su padre y hermana han viajado a España para recaudar fondos para su repatriación. "Con las ayudas que estamos recibiendo esperamos que se pueda llevar a cabo mañana (por hoy), fecha en la que la familia tiene previsto volver a Rumanía", explicaba ayer
Gheorghe Gainar, de la Asociación Cultural de Ayuda e Integración al Pueblo Rumano.

Pensaba regresar pronto

Sus familiares cuentan que Alexandra "viajó a España para ahorrar dinero, regresar pronto y poder estudiar derecho. Era buena estudiante". Ésta es una de las muchas cosas que no tuvo tiempo de hacer la joven, a la que "también le hubiera gustado tener un perrito". La relación con su familia era excelente y "hablábamos por teléfono con frecuencia", cuenta su padre.

Con Andrea, su hermana, de 24 años, tenía un vínculo especial: "Hablábamos por el Messenger y teníamos mucha confianza". Andrea vino a Madrid las pasadas Navidades, por lo que ambas pasaron juntas casi el último mes entero. Asegura que "no imaginaba que pudiera ocurrir algo así a Alexandra, no sabía que tuviera ningún problema con su novio... Él parecía un buen chico y nunca les vi una discusión fuerte".

La familia, además, desmiente que Alexandra ejerciera la prostitución y afirman que "trabajaba como limpiadora»".

Siempre de buen humor

"Le gustaba jugar a ser médico, yo fingía tener dolores y ella se inventaba un remedio para mí", cuenta su padre. Sus allegados destacan de ella su alegría y buen humor. Andrea sonríe al contar cómo "imitaba a una de las chicas de su grupo de amigos de Rumanía. Nos reíamos mucho con ella".

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