Este retroceso es el tercero más importante por comunidades, solo superado por Navarra (-41,2%) y Canarias (-40%), y contrasta con la media nacional puesto que las declaraciones de concurso aumentaron un 0,9% de abril a junio en términos interanuales.

En Cantabria, en el segundo trimestre de este año hubo dos familias en concurso frente a tres en el mismo periodo del año pasado (-33,3%), mientras que las empresas que pusieron en marcha este procedimiento se redujeron un -37,5%, al pasar de 16 a 10.

En tasa intertrimestral (segundo trimestre de 2018 sobre primer trimestre de 2018), el número de deudores concursados también se contrajo, en este caso un -7,7%, al registrarse un deudor menos. Sin embargo, las familias en quiebra se han duplicado, de una que había entre enero y marzo, a las dos del segundo trimestre.

De las 10 empresas que entraron en concurso en el segundo trimestre, 8 eran sociedades de responsabilidad limitada (el 80% del total), una era persona física con actividad empresarial y otra una sociedad anónima.

Todos fueron concursos voluntarios y, por clase de procedimiento, la mitad fueron ordinarios (6) y la otra mitad abreviados.

Dos de las empresas que entraron en concurso pertenecían al sector de la construcción, otras dos a la hostelería y dos al transporte y almacenamiento, de modo que estos tres sectores aglutinaron el 60% de las quiebras en Cantabria en el segundo trimestre del año.

Asimismo, la estadística refleja que el 60% de las empresas concursadas tienen entre uno y cinco asalariados y el 20% ninguno.

El 30% de las empresas concursadas tiene una antigüedad de hasta cuatro años, un 20% de nueve a doce años y otro 20% de 20 años o más. Y el 60% se concentra en el tramo más bajo de volumen de negocio (hasta 250.000 euros).