Ni desfile de Carnaval ni conciertos. El concurso de disfraces, una chocolatada para 1.500 personas y talleres de maquillaje y globoflexia son los platos fuertes de estas fiestas en Oviedo.
El antroxu se celebrará el 8 y 9 de febrero en la capital y costará unos 90.000 euros al Ayuntamiento, que ha recortado la programación para mayores y se ha centrado en la infantil.
En 2007 gastó 300.000 euros, más del triple. Se celebraron dos desfiles, el de los centros sociales -que, reducido, se mantiene este año-y el Entierro de la Sardina con la compañía Els Comediants. Además, actuaron Canteca de Macao y Ráfaga.
Dos meses después, el Consistorio anunció que suprimía la hoguera de San Juan y del Festival de Jazz. Tras San Mateo, el concejal de Cultura, José Suárez Arias-Cachero, advirtió que en las fiestas de este año habrá menos actuaciones.
La oposición no lo ve así. El PSOE y Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda (ASCIZ) relacionan la reducción de las fiestas con los problemas económicos derivados de la sentencia del Tribunal Supremo que obliga al Ayuntamiento a pagar 11 millones de euros por Villa Magdalena.
Ven "enormemente conservadora" la política de festejos por primar la Semana Santa ante fiestas, a su juicio, más populares. Según los socialistas, el PP va a pedir la declaración de interés turístico para la recuperada Semana Santa, que es, dicen, menos popular que el carnaval o la hoguera de San Juan.
Los carnavales tienen una larga tradición en la capital. El cronista Fermín Canella (1849-1924) los cita en sus escritos y su origen es medieval. Tras la supresión durante el franquismo, se recuperaron por iniciativa popular y espontáneamente en los primeros años de democracia.
Con Gabino de Lorenzo en la alcaldía las fiestas se cambiaron al fin de semana siguiente al Martes de carnaval para no solaparse con las de Avilés y Gijón.
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