En declaraciones a los medios tras visitar un campamento de verano para niños en Vilobí d'Onyar (Girona), ha pedido "una salida al actual conflicto política" que debe pasar por la democracia, como ocurrió con el referéndum del 1 de octubre, ha dicho.

Ha reprochado al Gobierno central que, "si las fuerzas independentistas catalanas son buenas para apoyar la moción de censura que ha permitido a Pedro Sánchez ser presidente del Gobierno, también son buenas para reconocer la legitimidad de sus planteamientos".

Es por ello que ha pedido que no se persiga a los líderes independentistas, la libertad de los políticos encarcelados y que se permita el "libre retorno de los exiliados".

"No habrá normalización política si los actores políticos no se pueden expresar con libertad", ya que el independentismo se encuentra en inferioridad de condiciones frente al diálogo, ha subrayado.

Para el vicepresidente catalán, la causa judicial abierta al proceso soberanista es "partidista y centrada en conseguir una represión política" que, ha advertido, no cambiará el objetivo de la ciudadanía que respalda al independentismo.

Y ha destacado que hasta ahora los diferentes sistemas judiciales europeos involucrados han rechazado extraditar a España a los miembros del anterior Govern investigados: "Donde se ha pasado la prueba del algodón de lo que está haciendo el juez Llarena ha habido un cuestionamiento".

Sobre la retirada del sueldo a los diputados procesados por presunta rebelión, ha llamado a defender "sus derechos" y ha expresado su apoyo a la Mesa del Parlament y a su presidente, Roger Torrent, que no han intervenido en la decisión.