La Guardia Urbana de Barcelona ha desalojado este martes a primera hora de la mañana las chabolas construidas en un solar junto a la plaza de las Glòries de Barcelona -en la confluencia entre las calles Bolívia, Àlava, Tànger y Pamplona-, en las que vivían una sesentena de personas, entre ellas al menos cinco menores, y se ha procedido a derruir las barracas. El Ayuntamiento ha justificado el desalojo por razones de salubridad y seguridad y para dar otro uso a la zona. La intención es convertirla en un espacio verde.

Fuentes del Consistorio han informado de que "el solar tenía presencia más o menos estable desde marzo de 2016". Se trata de un terreno con una parte privada, que ya fue desalojada anteriormente, y otra pública que el juzgado ha autorizado finalmente desalojar este martes, después de que el gobierno municipal lo pidiera en junio de 2017.

También han afirmado que los Servicios Sociales "han podido hablar con 61 personas" que pernoctaban allí, a las cuales "se ha intentado vincular a los diferentes servicios que existen". "Hay una cifra añadida de personas, fluctuando, que mantienen material en el solar o bien que pasan en el lugar el día, pero que han rechazado hasta ahora ningún tipo de intervención de los Servicios Sociales", han añadido las mismas fuentes.

La intención del Ayuntamiento, han señalado, es ofrecer alojamiento de emergencia y atención social a quien lo quiera, para lo que hay plazas previstas en los centros de primera acogida (CPA), el CUESB o bien en pensiones. Por el momento ya las han aceptado 15 personas, entre ellas tres familias con menores a cargo.

Además, dos menores no acompañados han sido trasladados por la Guardia Urbana a la Fiscalía.

"Seguiremos trabajando para que encuentren su dignidad y un proyecto de vida autónomo. La intervención social a veces es de cocción lenta", ha señalado Ortiz, y ha asegurado que quienes vivían en las chabolas " estaban avisados del desalojo hacía semanas". Por otro lado, ha reclamado un "plan catalán y otro estatal de atención a las personas sin hogar".

Desde el Consistorio han contado que en este mandato ha aumentado el presupuesto de la Oficina del Plan de Asentamientos Irregulares (OPAI) de 275.000 a 600.000 euros anuales, lo cual ha permitido incrementar y mejorar la atención de estas personas. Durante 2017, por ejemplo, se facilitó la inserción laboral de 50 personas, se ofrecieron 186 capacitaciones profesionales y se hicieron 612 asesoramientos jurídicos.

Según los datos del primer trimestre de 2018, en Barcelona viven 536 personas en 77 asentamientos diferentes. El año 2012, cuando se creó el OPAI, eran 735 personas en 62 asentamientos. El mínimo de personas se registró en 2015, con 412 personas durmiendo en 50 asentamientos. Hasta el año 2017 estas cifras se mantienen bastante estables pero durante los últimos meses se ha visto un incremento, sobre todo por la llegada de familias de etnia romaní procedentes de países del Este.

"Hemos visto un repunte de la llegada de personas de fuera de Cataluña por el efecto expulsión de otras ciudades, por ejemplo del norte de Italia o francesas, o de Rumanía", ha dicho Ortiz.