Las obras, que comenzarán a finales del mes de agosto y tienen un plazo de ejecución de tres meses, incrementarán en hasta 2,20 metros el ancho de las aceras en las intersecciones (orejas) y desplazarán los pasos de peatones hacia el interior de las calles para evitar que los vehículos se mantengan en el cruce y obstaculicen la circulación.
Asimismo, se pretenden crear sobreanchos en las aceras de las esquinas para otorgar mayor espacio al peatón y reducir así la zona de paso sobre la calzada; establecer una señalización horizontal y vertical de la nueva alineación de los aparcamientos y pasos de peatones, y colocar vallas encauzadoras, bancos y papeleras.
El concejal de Transporte Urbano, Tráfico y Vías Urbanas, Francisco Iglesias, ha asegurado que "con esta intervención también se avanzará en accesibilidad al otorgar mayor seguridad también a las personas con movilidad reducida".
Tal como ha expresado Iglesias, "se ha decidido llevar a cabo esta intervención durante el verano aprovechando la disminución de movimiento en la ciudad". Aunque ha recalcado que, durante la actuación, el tráfico rodado no se verá interrumpido, "quizás en los momentos de demoliciones, la anchura de alguno de los carriles pueda verse limitada por la colocación de vallas".
La reforma, enmarcada dentro de los proyectos de conservación y mantenimiento del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, nace de una demanda ciudadana, siendo los vecinos "factores fundamentales" al comunicar las determinadas actitudes y problemas surgidos en estas zonas.
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