Experta asegura que más que el destino, "lo que importa es el tiempo de calidad" que pases con tus hijos en vacaciones

  • Sin apenas ser conscientes, los más pequeños de la casa han cumplido ya casi un mes desde que abandonasen las aulas y comenzaran a disfrutar del verano. Más de dos meses de "descanso" en donde lo que verdaderamente importa es disfrutar "del tiempo en familia" y aprovechar los días de vacaciones para "estar juntos" ya que, a veces, durante el curso escolar "es más difícil compaginar horarios".
Vacaciones en familia
Vacaciones en familia
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Vacaciones en familia

Así lo ha explicado la experta y pedagoga de la UNIR, María Campo Martínez, quien ha reconocido que, durante estas fechas vacacionales, "no es tan importante el destino que se elija como el tiempo de calidad que pasemos con nuestros hijos".

Durante el resto del año "el ritmo es más frenético entre el trabajo, el colegio, las actividades extraescolares... tenemos muchas más responsabilidades y hay menos maneras de encajar horarios, por eso, en estos días de descanso, lo importante es cómo vivir los tiempos en familia".

PLANIFICAR EL VIAJE

A la hora de elegir un destino, la profesora de la UNIR lo tiene claro. "Hay que ser conscientes, sobre todo, de las edades de nuestros hijos y qué es lo que queremos hacer". En este sentido, explica, "cuando ya hay niños en la pareja, evidentemente el tipo de vacaciones cambian porque tienes otras necesidades, por eso es muy importante planificarlo bien y pensar en dónde pueden estar mejor".

El verano es un momento del año en el que cambian los horarios, las rutinas, y la experta de la UNIR recomienda buscar sitios abiertos y programar actividades diferentes "para evitar que se aburran". Siempre que se pueda, aconseja, es bueno "estar con ellos, no todo el tiempo, pero sí que te sientan cerca".

Monte, playa, naturaleza, "todas son buenas opciones siempre y cuando se conozca que hay actividades para ellos".

Se trata de elegir un sitio adecuado según la edad para conseguir "pasar un tiempo de calidad y agradable". En verano "hay que desconectar, romper con todo para relajarnos pero, precisamente para conseguir todo ello y que no se nos compliquen las vacaciones hay que tener muy en cuenta las necesidades de los niños porque así se evitarán tensiones familiares durante el verano".

"Dándoles la oportunidad de estar en entornos amplios, que puedan correr, jugar, disfrutar... aparcar un poco los límites y tener en cuenta sus horarios y ritmos biológicos podrán hacer unas vacaciones más fáciles y evitar esas tensiones".

Con respecto a los viajes culturales, la profesora de la UNIR recuerda que "aunque siempre son una gran idea" también hay que vigilar, de nuevo, la edad de los niños. "Es interesante acercarles siempre a la cultura, está claro, y desde que son pequeños mejor, pero hay que ser conscientes de que un niño de 2 a 4 años no aguantará bien una cola, por ejemplo, de más de una hora en pleno sol para ver un museo".

"Hay que enseñarles a esperar pero quizás, no sea el mejor momento

porque se pueden irritar y eso significará que no van a disfrutar del momento e incluso puede que lo rechacen".

También es muy importante dar la oportunidad a los niños de que, en los sitios en los que estemos, "entren en contacto con más personas. No solo con los padres. Que salgan también de su rutina habitual y de sus compañeros o amigos de colegio para aprender a sociabilizarse con otros niños, a interactuar, conocer otras costumbres, otras rutinas... estas situaciones le ayudarán a conocerse mejor a sí mismo y valorar otras cosas".

TIEMPO PARA TODO

Todo porque en el verano "es muy largo" y hay "tiempo para hacer de todo", explica María Campo. Hay tiempo para estar en casa, ir de campamentos, de colonias o de vacaciones con la familia y, también, como no, para ir al pueblo. "Aquellos que tengan esa posibilidad son muy afortunados porque ahí están nuestros orígenes y nuestras raíces".

"A los niños les encanta porque no tienen tanto límites, tienen la oportunidad de estar también con abuelos o familiares que, por qué no, les conceden todo tipo de placeres. Por unos días, se sienten cuidados y mimados y es bueno porque después saben que en casa hay unos límites que van a tener que cumplir".

Por ello, asegura, "no es malo que, de manera esporádica o especial, tengan la oportunidad de hacer cosas que nunca hacen y que rompan un poco con el horario o los límites estrictos. Durante el curso escolar se imponen límites y, el verano es un buen momento".

TAMBIÉN PARA RECORDAR CONOCIMIENTOS

"El verano da para todo" y, desde el punto de vista pedagógico, la experta recomienda que "durante las dos primeras semanas tras la época escolar, los niños desconecten del todo".

Pero después "es bueno que hagan alguna actividad cognitiva, no tanto repasar contenidos, que también es importante, sobre todo, si alguna materia se les ha estancado, sino como el hacer actividades para seguir despertando las capacidades cognitivas superiores" como la memoria, la atención, la concentración, la lógica y el razonamiento.

Todo ello lo deben potenciar y trabajar porque requiere de unos hábitos que, si dejas de hacerlo, pierdes habilidad" pero, eso sí, finaliza, "no hay que hacerlo ni plantearlo como un castigo". Todo lo contrario "que también sea un momento de juego y diversión para ellos".

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