Hace tiempo que el Ayuntamiento de Madrid le ha declarado la 'guerra' a los pisos turísticos, aquellas viviendas que en la actualidad están siendo utilizadas como alojamientos para visitantes en la capital gestionados a través de plataformas como Airbnb o homeaway y que no cuentan con ningún tipo de acreditación para ejercer su actividad.

En un nuevo intento de atajar un poco más este fenómeno, que deteriora la convivencia vecinal y ha contribuido a elevar el precio del alquiler en la zona centro de la ciudad, el Gobierno municipal (Ahora Madrid) pondrá en marcha desde el próximo lunes un programa de refuerzo de personal con el objetivo de redoblar las labores de inspección y tramitación de los expedientes de disciplina urbanística. En concreto, se incorporarán a este trabajo inspector 10 arquitectos superiores, cuatro técnicos de gestión y ocho auxiliares administrativos.

Los nuevos efectivos trabajarán directamente para la Agencia de Actividades (organismo del Ayuntamiento de Madrid que tramita toda actividad económica que se desarrolle en la ciudad) y la duración del programa de refuerzo será de cinco meses, por lo que concluirá en el mes de diciembre. "Este personal realizará inspecciones, y la valoración técnica y jurídica necesaria para la tramitación de los expedientes encaminados al restablecimiento de la legalidad urbanística en viviendas de uso turístico. Todas ellas detectadas mediante denuncia o de oficio por los servicios municipales, y que no cuenten con la preceptiva licencia", señalan desde el Área de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS).

La Agencia de Actividades lleva ya bastante tiempo persiguiendo con insistencia estas prácticas fraudulentas que han sido objeto de las denuncias de los vecinos. En la actualidad, este organismo municipal se encuentra tramitando expedientes que en lo que va de año han afectado a 507 alojamientos (184 viviendas de uso turístico y 323 apartamentos turísticos). "Aquí hay que señalar que este número de alojamientos se refiere a unidades denunciadas. Una unidad de alojamiento puede ser un piso o un bloque de pisos, por lo que el número de viviendas que se están inspeccionando en la actualidad siempre será superior a 507", precisan desde DUS.

Estas viviendas se concentran de forma mayoritaria en las zonas más céntricas de la ciudad. De esta forma, en el distrito Centro, el más afectado con una diferencia destacada, el número de alojamientos sobre los que se ha abierto expediente asciende a 362. Le siguen Moncloa-Aravaca (57), Chamberí (38) y Salamanca (15).

Como consecuencia de estos expedientes, se ha dictado ya la orden de cese de la actividad para 147 alojamientos, mientras que otros 39 se encuentran muy cerca de recibir la orden de cese de actividad. En el caso de 304 alojamientos se ha solicitado información complementaria a la Comunidad de Madrid, al no haberse podido verificar durante la inspección el ejercicio de actividad de viviendas de uso turístico.

El Ayuntamiento de Madrid no tiene competencias para sancionar a los propietarios de estas viviendas, ya que la potestad disciplinaria en la materia es de la Comunidad, que regula esta actividad en el Decreto 79/2014, de 10 de julio, en trámites ahora para su modificación. Pese a ello, el Gobierno municipal sí posee mecanismos para influir en la problemática. Así, tiene previsto exigir a los alojamientos con fines turísticos que ejerzan la actividad económica durante más de tres meses obtener una licencia urbanística, ya que a partir de 90 días tendrá la consideración de negocio, como una zapatería o un bar. De momento, la concesión de estas licencias en las zonas más saturadas está paralizada mientras se tramita el Plan Especial de Alojamientos Turísticos para modificar las normas urbanísticas del Plan General.

El Plan Especial que prepara el Ayuntamiento de Madrid supondrá la ilegalización del 95% de los pisos utilizados como alojamientos turísticos, según cálculos municipales. El borrador del plan, que podría entrar en vigor a final de año, contempla que solo se conceda permiso a aquella vivienda que cuente con un acceso independiente desde la calle, una exigencia que muy pocas cumplen. En Madrid capital, se ofertan entre 8.000 y 9.000 viviendas turísticas.