El escritor Ken Follet le encanta el vino y no lo disimula: "bebo champán todos los días", presume, unos gustos que ha ampliado en sus visitas a España, donde se ha dejado seducir por los caldos riojanos y de la Ribera del Duero.
Follet ha repasado en una entrevista con Efe sus gustos vinícolas, tras presentar en Vitoria Un mundo sin fin, la secuela de Los Pilares de la Tierra que ha arrasado este mes en las librerías.
Tenía unos veinticinco años cuando empecé a beber buen vino
El escritor galés es aficionado desde joven: "tenía unos veinticinco años cuando empecé a beber buen vino. Antes, estábamos en la universidad y solíamos beber vino, pero era horrible". "En aquella época los supermercados de Inglaterra empezaron a vender vino francés, había tres tintos y tres blancos, no como ahora que los hay de todas las marcas y colores, y empecé a disfrutar del vino francés". Un gusto que no ha cambiado, puesto que
sus botellas favoritas son bordelesas.
También le gustaba el champán, aunque "era muy caro para mí, pero de vez en cuando, en una ocasión especial, compraba una botella de champán y la verdad es que encantaba. Me aficioné al champán con veintitantos, cuando no me lo podía permitir. Luego escribí El ojo de la aguja, que se convirtió en un best-seller. Desde entonces bebo champán todos los días".
Los vinos españoles
Desde que ha venido a Vitoria (la primera vez en el 2002) "mis amigos de aquí me han presentado vinos españoles y he disfrutado muchísimo. No sé demasiado del vino español, pero disfruto mucho de lo que pruebo". Por último, Follet ironiza al recordarle que
Noah Gordon ha escrito La bodega, un best-seller ambientado en los viñedos catalanes: ¿No se anima? "No es una mala idea -responde-. La investigación sería divertidísima".
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios