Anécdotas semejantes al margen, lo que constatan todas las crónicas en sí es el notable empuje ganado por alguien al que seguidores y crítica convierten en embajador de lo que se ha venido a llamar club-pop-longecoure, tal cual.
No obstante, la permanencia del DJ Ursula 1000 parece haberse fraguado antes gracias a la continua experimentación en ese mundo musical, al que ha ido aportando un toque de pespuntes latinos, que a la filiación excesiva a un solo tipo de ritmo.
Con todo, para el entendido en la materia, cabe suponer que más interesado en ponerse a analizar sesudamente tales mimbres que en disfrutar de una divertida y variada ración de bailoteo, la música que surge de las maniobras manuales y rítmicas de Ursula 1000 se impregna de nombres como jazzy, freakbeat, mod y otros refuerzos a la psicodelia. Lo suyo es rendirse ante un eclectismo discotequero de gran solera.
* Club Camelot. Carretera Elche-Santa Pola; sábado a la 1 horas; precio: 12 euros.
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