"Dicen que estoy acabada pero no lo siento así", dice tajante Belén Esteban en una entrevista muy personal con su amiga Mila Ximénez para la revista Lecturas.

La madrileña posa sexy en traje de baño tras haber perdido ocho kilos gracias a una nueva medicación que le han puesto para tratar su diabetes. Sin ir más lejos, los usuarios le han dejado comentarios en la foto que ha posteado con la portada de Lecturas en la que le insisten en que está retocada.

"8 kilos?????? pues le quedan 15 por bajar y la cara esa de la foto?? si esa mujer es puras arrugas ojeras, labios de mamona nariz chata horrible lo q hace editar las fotos", escribe un instagramer. Otro le pone: "Me parece muy bien q te quieran sacar guapa, pero hay q ser realista ese cuerpo esta súper retocado !! Se han pasado con el foto shop!!"

Bastante menos hinchada, Belén muestra una piel tersa sin imperfecciones: ni rastro de celulitis, ni estrías y con las líneas de expresión sutilmente suavizadas. Si hacemos una comparativa de fotos suyas en biquini que hay en su Instagram, veremos las diferencias sustanciales en el cuerpo de la presentadora.

En algunas fotos, Belén deja al descubierto algunos de sus tatuajes como un toro de Osborne que lleva en la nalga, posiblemente de su etapa como Jesulina. "Si estoy aquí, algo tendré que guste, ¿no?", admite la Esteban, quien dice "sentirse muy querida" junto a unas imágenes en las que usa prendas de plástico, un estilo muy Kim Kardashian.

Ahora, se muestra feliz porque acaba de estrenar su nueva sección, Belén a bordo, en la que la princesa del pueblo realiza entrevistas mientras pasea a sus invitados en coche (recordemos que le costó bastante aprobar el examen teórico del carné de conducir) y durante la grabación de uno de sus programas tuvo que someterse a un control policial.

Sin embargo, la colaboradora de Sálvame habla también de la pesadilla que ha sufrido estos años con el juicio contra Toño Sanchís, su representante. "De mí ha dicho barbaridades, hasta que yo era una guarra, que no me duchaba".

Belén lo ha pasado tan mal que hasta le salieron calvas del estrés y hubo gente de su entorno que llegó incluso "a temer por su vida". Por suerte, ahí estaba Miguel Marcos, su pareja, para apoyarla cuando estaba "muy al límite". A él le gustaría que la contertulia fuera anónima, pero la conoció "siendo Belén Esteban y lo tiene muy asumido".

Aunque de momento no hay planes de boda en el horizonte, Belén admite que le "gustaría quedarse embarazada" y de hecho no "toma ningún método anticonceptivo". ¿Tendrá Andreíta un hermano?