Ha sido hasta la fecha la arquitecta contemporánea brasileña más influyente y reconocida del siglo XX. Sus creaciones no fueron muy numerosas pero se convirtió en todo un referente a nivel internacional que todavía sigue de moda por practicar una arquitectura humana, sencilla y popular.

Hablamos de Lina Bo Bardi (1914-1992), la mujer que se tituló en La Sapienza de Roma con un proyecto final de carrera de una Maternidad para madres solteras y que se instalaba a finales de los año 40 en São Paulo donde elaboró proyectos tan conocidos como la Casa de Vidrio, el Museo de Arte de São Paulo (inaugurado en 1968), las casas Valéria Cirell y del Chame-Chame, la Iglesia del Espíritu Santo do Cerrado o el Museo de las Artes Populares en Salvador de Bahía y la más celebrada, el Centro de ocio, cultura y deporte SESC en el barrio popular de Pompéia en São Paulo.

Con el objetivo de descubrir y conocer mejor en nuestro país a esta figura imprescindible de la arquitectura del siglo pasado, la Fundación Juan March presenta el próximo mes de octubre en su sede de Madrid la exposición Lina Bo Bardi: tupí or not tupí. Brasil, 1946-1992, que indaga no solo en su faceta como arquitecta sino también como museógrafa, diseñadora, escritora, activista cultural y gestora de exposiciones.

La muestra quiere resaltar como Bo Bardi se sumó a la renovación de las artes en Brasil a través de la fusión entre la vanguardia y las costumbres populares. De hecho, el subtítulo de la exposición hace referencia al eslogan del Manifiesto antropófago de Oswald de Andrade (1928) que defendía la "deglución, absorción, asimilación y el replanteamiento de la cultura europea" y que puso en marcha en los años 20 una de las revoluciones estéticas e ideológicas más importantes de las vanguardias latinoamericanas.

Bo Bardi llevó la antropofagia a su terreno en los años 60 y le dio la vuelta. Para ella el Viejo Mundo debía ser transformado por la mirada del Nuevo Mundo para dar paso a una nueva sociedad: "a una suerte de "aristocracia del pueblo" (en sus palabras), de un pueblo nuevo, mezcla del europeo, el indio, el negro y el nativo del nordeste del país; un mundo cargado de sueños para un futuro mejor" señala la fundación.

La muestra incide en los temas principales de su obra arquitectónica: la transformación de las artes, la cultura y la sociedad gracias a la participación del espectador y del ciudadano; las notas culturales de lo exuberante y lo marginal; su concepción de las formas artísticas de la exposición, el teatro y el circo; su diseño de edificios y escenografías o su interés por lo colectivo y lo popular. Y analiza el peso que estos tuvieron en la realidad social y política del Brasil de entonces, y también la universalidad y actualidad de algunos de ellos.

En total se reunirán alrededor de 350 obras entre dibujos, pinturas, fotografías, objetos, esculturas, documentos y piezas de artesanía, muchas de ellas nunca vistas fuera de su país de origen. Al mismo tiempo, en la Fundación Juan March se ha instalado una réplica de la llamada Gran Vaca Mecánica que Lina diseñó para el Museu de Arte de São Paulo en 1988, una especie de contenedor concebido para exponer objetos de artesanía que en Madrid se ha construido con el apoyo de la Bienal Miradas de Mujeres. Podrá visitarse durante el periodo de la exposición de octubre a enero.