Los hechos tuvieron lugar en 2011 en Palma. Según el escrito de la Fiscalía, el acusado aprovechó que se encontraba a solas con su hija en la vivienda para tocarle la vagina por dentro de la ropa y satisfacer sus deseos sexuales en al menos tres ocasiones.
Por ello, la Fiscalía le acusa de cometer un delito continuado de abusos sexuales sobre una menor de 13 años y pide, además de la pena de cuatro años de prisión, una multa de 3.000 euros por los daños morales ocasionados, la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros y de comunicarse con ella por cualquier medio durante 5 años y la inhabilitación especial para el ejercicio de los derechos de la patria potestad durante 6 años.
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