No obstante, se recomienda respetar siempre las indicaciones de los socorristas y no bañarse nunca con bandera roja; acceder al agua siempre acompañado y cerca de la orilla; vigilar permanentemente a los niños, aunque haya poca profundidad; evitar ejercicios físicos bruscos e intensos; y entrar en el agua poco a poco para que el cuerpo se acostumbre progresivamente a la temperatura.

Además, debe protegerse del sol, evitando la exposición en las horas centrales del día; ser prudente con las comidas e ingerir agua frecuentemente para prevenir la deshidratación; acudir a playas que dispongan de servicio de vigilancia; conocer la zona en la que se va a bañar; y pedir ayuda si perciben peligro.