Banksy se estrena en París para abrir los ojos al drama de la inmigración

  • El artista británico pinta por vez primera en la capital francesa ocho obras que destilan multitud de mensajes políticos.
  • Incrustadas en muros de los barrios más afectados por la inmigración, el grafitero homenajea el Mayo del 68 y a las víctimas de la sala Bataclan.
  • Investigan si una obra aparecida en Ferrol es de Banksy.
Arte callejero de Bansky en París.
Arte callejero de Bansky en París.
EFE / JULIEN DE ROSA
Arte callejero de Bansky en París.

París tiene un nuevo aliciente artístico: el misterioso Banksy ha estrenado sus aerosoles y plantillas en la capital francesa con al menos ocho obras en las que busca abrir los ojos al drama de la inmigración y rendir homenaje a Mayo del 68 y a las víctimas de los atentados del 13-N de 2015.

Desde el pasado miércoles, coincidiendo con el día mundial de los refugiados, Banksy ha convertido muros y mobiliario urbano de París en una plataforma artística de la que se desprenden poderosos mensajes políticos.

El artista británico, cuya identidad mantiene en absoluto secreto, eligió los barrios parisinos más afectados por el drama de la inmigración, los distritos XVIII y el XIX, en el norte de la ciudad, para plasmar su particular y sutil visión del problema.

Una reinterpetación del cuadro Napoleón cruzando los Alpes, de Jacques-Louis David (1800-1803), ha sido uno de los grafitis que más ha impactado.

Situado en la avenida de Flandre, en un muro de un bloque de viviendas sociales, los curiosos se agolpan ante esta creación atribuida a Banksy en el que un velo rojo que cubre al jinete -Napoleón en el cuadro original- sobresale entre los tonos grises de un caballo en escorzo.

"Este artista ha venido a decirnos los problemas que tenemos: la extrema derecha, la inmigración, tenemos en un lado una sinagoga, en otro una mezquita, hay personas ancianas sin ascensor en su casa", ha comentado Deborah Nava, 39 años, quien vive a pocos metros de la obra.

Nava, quien reconoció no saber quién era Bansky antes de la intervención en su bloque, contó que en un primer momento pensó que se trataba de un acto vandálico. "Pero luego cuando te fijas en algunos detalles, te das cuentas que es magnífico, que tiene un mensaje detrás", anotó.

Un mensaje que Nadia Dupoint, 55 años, ve nítido: "Ese velo ciega completamente al Gobierno francés sobre la cuestión de los inmigrantes, Palestina... Y también acerca de la islamofobia. Los franceses no están muy por la labor de que las mujeres porten velo", interpretó Dupoint.

El barrio XIX de este Napoleón "sui generis" ha sido, junto al XVIII, la zona de París que ha recibido a más inmigrantes, refugiados y demandantes de asilo. Debido a la falta de condiciones para acogerlos, miles de ellos pasan todavía las noches al raso mientras aguardan a que se resuelva su situación.

Arte urbano, arte político

Algunas de las obras atribuidas a Banksy ya han sido degradadas, como una en la que una enigmática niña diseñaba motivos florales de color rosa con una cruz gamada como fondo.

Por ello, un colectivo de arte urbano parisino se ha dedicado a proteger varios de los dibujos con una capa de plástico, como ha sucedido con la obra de la avenida de Flandre o con una en el céntrico distrito V, en la que figura un roedor con un lazo rojo.

El artista británico ha acudido a ese distrito, que alberga parte del Barrio Latino, por ser el epicentro de la revolución cultural de Mayo del 68, de la que se acaban de cumplir 50 años.

"Cincuenta años de la revolución en París de 1968. El nacimiento del arte moderno a través de plantillas", constató el propio Banksy, en un mensaje subido a su cuenta de Instagram acompañado con la representación de otro roedor, esta vez con un pañuelo que le tapa el hocico.

Y del drama de la inmigración a la tragedia del terrorismo. El artista urbano también ha dejado su marca en la sala de conciertos Bataclan, tristemente célebre como escenario de la mayor matanza en los atentados del 13 de noviembre de 2015, en los que murieron 130 personas.

Plasmado en una puerta de emergencia de la sala, situada en un pasaje adyacente, una joven de semblante triste despierta la curiosidad de parisinos y turistas. Lucille Berto, una profesora de visita en París que ejerce en la región del Jura (este de Francia), siente "recogimiento" en el dibujo.

"Me transmite algo religioso, de tristeza, desolación. Las piernas de la chica difuminada nos hablan de la imposibilidad de salvarnos", consideró Berto.

Junto a ella, un ciclista, ataviado con un chaleco de camuflaje con un logo de los Rolling Stones en una manga, está a la caza de todos los Banksy parisinos. "Estos son días solo para el Mundial de fútbol y para Banksy", señaló, antes de adentrarse en el tráfico parisino.

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