Los Mossos inician la incorporación de las pistolas eléctricas Taser empezando por Girona

Un agente de Mossos d'Esquadra con una pistola eléctrica Taser.
Un agente de Mossos d'Esquadra con una pistola eléctrica Taser.
EUROPA PRESS
Un agente de Mossos d'Esquadra con una pistola eléctrica Taser.

Los Mossos d'Esquadra incorporan desde este lunes las pistolas eléctricas Taser (Dispositivos Conductores de Energía, DCE) con una prueba piloto en las comisarías de Girona, Blanes, Figueres y las Áreas Regionales de Recursos Operativos de Girona.

Las han presentado este lunes, en rueda de prensa en Girona, el director general de los Mossos, Andreu Martínez; el portavoz del cuerpo, Albert Oliva, y el subjefe de la División Técnica de Planificación de la Seguridad, Josep Antoni Saumell.

Se irán implantando en el resto de regiones policiales y se usarán junto a una cámara personal que grabará la actuación de los agentes y también junto a un desfibrilador, cuyo uso está plenamente instaurado en Girona, motivo por el cual se ha elegido esta región para iniciar la prueba piloto.

Martínez espera que con estas nuevas herramientas se dé "un salto cualitativo" en la respuesta en materia de seguridad ciudadana.

Martínez ha destacado que, en este ámbito de la labor policial, los Mossos d'Esquadra se convierten en pioneros en España -hasta ahora solo las utilizan algunas policías locales españolas-, pero que se sitúan en la "normalidad" en comparación con otros cuerpos europeos.

El objetivo es el de facilitar "el uso mínimo de la fuerza" ha detallado el director general, para quien la prioridad es responder a la demanda de la sociedad de "rapidez, efectividad, proporcionalidad y transparencia".

La llevará el jefe de turno

La pistola, junto con la cámara y el desfibrilador, la llevará siempre el jefe de turno de cada comisaría, que es el responsable de seguridad ciudadana.

Andreu Joan Martínez ha explicado que estas nuevas herramientas se incorporan con máximas garantías después de un trabajo de cuatro años que han incluido desde el estudio de la experiencia de otros cuerpos a reuniones con sindicatos y entidades contrarias a su uso, a lo que se suma la Comisión de Interior que se realizó en el Parlament.

Además, los agentes que las utilizarán reciben una formación exhaustiva, según ha detallado el intendente subjefe de la División Técnica de Planificación de la Seguridad, Josep Saumell.

Saumell ha insistido en que los estudios confirman que el uso de las pistolas no conlleva riesgo para la persona que recibe la descarga eléctrica, que sólo ve paralizada su movilidad durante unos segundos.

Este arma, que puede disparar a 7,5 metros del objetivo aunque la distancia idónea es de entre tres y cinco metros, transmite 50.000 voltios, aunque con bajos amperios, "inferiores a los de las luces de un árbol de Navidad", según el intendente.

Josep Saumell ha detallado que la sensación al recibir una descarga es "como la de sufrir un gran calambre en el gemelo, pero extendido a todo el cuerpo".

El envío de impulsos eléctricos está limitado además a cinco segundos, aunque el agente puede repetir nuevas descargas si lo considera necesario.

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