Cremades ha realizado estas declaraciones antes de su conferencia en el curso 'Ciberdelincuencia de género: desde el control 2.0 a las viola-graba-ciones', que se celebra entre este jueves y viernes como parte de la oferta de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO).

El periodista ha afirmado que "todo pasa por la educación, no sólo en los centros educativos, sino también en las familias", porque "tan importante es una adecuada formación de los docentes como la aceptación de la enorme responsabilidad que supone ser padres en la era de Internet".

Según ha explicado, mientras que jóvenes y adolescentes son nativos digitales, sus padres pertenecen a una generación anterior que desconocen las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en buena medida y que, "para colmo", tampoco disponen de tiempo para educar a sus hijos en un uso responsable de las TIC porque muchos de ellos permanecen ajenos a este fenómeno.

Desconocimiento y falta de tiempo hacen que muchos progenitores "ignoren" cómo interactúan sus hijos en las redes sociales o qué consumo realizan de Internet.

Cremades ha afirmado que "los chicos" cada vez comienzan más jóvenes a utilizar móviles y redes sociales, ya que "regalar un móvil a un niño de 10 años para la comunión es una barbaridad", a pesar de que es visto "como algo cotidiano".

En este sentido, ha considerado "muy difícil" prevenir la ciberdelincuencia de género en una sociedad en la que el uso de Internet está generalizado, pero propugna por abordar la educación desde un punto de vista ético feminista porque, al fin y al cabo, la Red es sólo una herramienta y el uso que se hace de ella responde a los comportamientos machistas generales de hoy.

Ha considerado que "debe haber una transformación social y pide no banalizar este tipo de actitudes y ponerlas siempre en conocimiento de la justicia".

Sobre la existencia de chicas que consideran algo normal que sus parejas les controlen el móvil y sus redes sociales, Cremades ha asegurado que "se han interiorizado los estereotipos machistas" y que son los progenitores quienes tienen que hablar con ellas "desde la confianza" y vigilar las conductas que pudieran ser machistas en los varones "cortándolas de raíz".

En cuanto al papel que desempeñan los medios de comunicación tradicionales en este asunto, ha reconocido que en determinados casos "se busca el show y se pone a la audiencia por encima de todo", por lo que nos encontramos en "determinadas series de televisión o letras de canciones inadmisibles, no se puede dar todo por bueno".

Además, ha apuntado que, cuando llegan las noticias de corte machista "debe mantenerse el espíritu crítico en casa: el problema es que ya no se ven los informativos en familia y la recepción de la información procedente de múltiples plataformas se ha atomizado".