Las sanciones por el botellón se podrán reducir o anular con cursos de reeducación para padres e hijos

  • "Las soluciones punitivas no funcionan; hay que educar", dijo la concejala de Protección Ciudadana.
Restos de un botellón.
Restos de un botellón.
EUROPA PRESS
Restos de un botellón.

El borrador de la nueva Ordenanza de Civismo del Ayuntamiento de València establece sanciones por el consumo de alcohol en la vía pública y abre la posibilidad de reducirlas o anularlas si los padres y los hijos asisten a cursos de reeducación o a tareas de voluntariado y trabajo comunitario.

Según ha explicado la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, el foco de la ordenanza no se ha puesto en la ilegalidad del consumo del alcohol en la vía pública en sí, sino sobre las molestias que provoca, como ruidos, suciedad o desprotección de los menores, y ha señalado: "Las soluciones únicamente punitivas no funcionan, por eso hay que trabajar en la educación y en la toma de conciencia".

La edil ha presentado el borrador de esta nueva ordenanza que se ha elaborado bajo la premisa de intentar resolver los conflictos de convivencia mediante la mediación, la educación y el voluntariado. El texto se someterá a un proceso participativo con las entidades vecinales, sociales, de ocio y de consumidores.

La ordenanza regula cuatro situaciones que afectan a la convivencia en los espacios públicos: el botellón, la mendicidad coactiva, los excrementos de mascotas y el deterioro del espacio público/privado. Aunque en un primer momento se denominó Ordenanza de Convivencia, se denominará finalmente Ordenanza de Civismo en el Espacio Público y delimitará de manera detallada las competencias y actuación de la Policía Local.

"El civismo es el concepto que hace referencia al cumplimiento de las leyes a los deberes de la ciudadanía, que contribuyen al funcionamiento correcto de la sociedad", ha señalado la concejala, que ha precisado que el borrador recoge las aportaciones y sugerencias de las entidades ciudadanas, fruto de las reuniones periódicas con la Policía Local.

Del concepto de civismo se deriva la principal novedad que aporta el texto: la posibilidad de que las personas sancionadas por comportamientos inadecuados o molestos puedan reducir o incluso eliminar dichas sanciones asistiendo a cursos educativos o cumpliendo tareas de voluntariado social. "La nueva ordenanza tiene voluntad transformadora, después de años en que las meras sanciones no han dado resultado", ha dicho Menguzzato.

En el caso de las deposiciones de mascotas en los espacios públicos la Ordenanza de Limpieza ya establece cómo deben recogerse y retirarse para evitar molestias a la ciudadanía, pero para que se cumplan efectivamente estas directrices, la nueva ordenanza establece la obligatoriedad de que los dueños de mascotas lleven siempre consigo cuando salgan a pasear con sus animales suficientes bolsas de recogida de excrementos.

De hecho, a partir de ahora los agentes de la Policía podrán establecer sanción no solo por no recoger los restos, como hasta ahora, sino por no llevar los materiales de limpieza, incluso aunque la mascota no haya realizado ninguna deposición.

Mendicidad

Respecto a la mendicidad coactiva, es decir, en aquellos casos en que las peticiones de ayuda en las calles (venta de pañuelos, gorrillas, limpiadores de coches) van acompañadas de amenazas o intimidación, la novedad es que desde la Policía Local se dará traslado de la información a los servicios sociales municipales (CAST, Centro de Atención a las Personas Sin Techo).

Se mantienen las sanciones económicas, aunque desde la constatación de que, por sí solas, se han revelado ineficaces, ya que la mayoría de las personas en estas situaciones carecen de recursos. "No se pretende castigar las situaciones petitorias que por sí solas no generen inseguridad a la ciudadanía", ha matizado la concejala.

Pintadas

Finalmente, se regulan las situaciones de deterioro del espacio público y privado, es decir, casi exclusivamente las pintadas sobre edificios o mobiliario urbano. Dado que las agresiones al patrimonio histórico están recogidas en el Código Penal, la normativa municipal se refiere al resto de bienes, con sanciones que oscilan entre los 750 y los 3.000 euros.

"Pero a las sanciones en sí sumamos la propuesta de mediación, es decir, que estas se podrán reducir o eliminar mediante la restauración del daño causado: limpiar o pintar de nuevo lo dañado o mediante voluntariado cívico", ha subrayado Anaïs Menguzzato.

Tras la redacción del borrador de la ordenanza, ahora se abre un periodo de participación y aportación de propuestas por parte de la ciudadanía, que llevará a la tramitación administrativa de la nueva normativa, "que se basa en la idea de la cultura de la paz, de la mediación como fórmula de solución de los conflictos de convivencia, siempre que sea posible", ha concluido la delegada.

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