La Fraternidad Internacional del Camino de Santiago muestra su "máxima preocupación" por el proyecto de la mina de Touro

  • La Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS) ha expresado su "máxima preocupación" por el proyecto de reactivación de la mina de cobre a cielo abierto en cerca de 700 hectáreas de las localidades de Touro y O Pino (A Coruña), ante su proximidad a la ruta jacobea.
Terrenos de la mina de Touro
Terrenos de la mina de Touro
Europa Press - Archivo
Terrenos de la mina de Touro

La FICS, que integra a especialistas en el Camino de 27 países, ha manifestado su temor a que la explotación minera afecte al entorno de la ruta "en sus aspectos más sensibles", debido a la "superficie de explotación, el impacto visual, la contaminación acústica-ambiental" o el "aumento del tráfico pesado".

La entidad ha explicado en un comunicado que, tras "un minucioso análisis" del proyecto que impulsa 'Atalaya Minning' y 'Cobre San Rafael' a "10 kilómetros de Santiago de Compostela", y que ha estado "contrastado con técnicos interdisciplinares y especialistas en ordenación del territorio", se perciben aspectos "muy sensibles" que se verían afectados por la "polución acuífera y terrestre" o las "voladuras a cielo abierto".

Por ello, la "FICS demanda respuestas claras a estos interrogantes" y advierte de que "en pleno Año Europeo del Patrimonio Cultural y en vísperas del Año Santo 2021 resulta alarmante la probable y directa afectación del Camino Francés, Itinerario Cultural Europeo y Patrimonio Mundial".

La Fraternidad Internacional se hace eco del "rechazo y alarma social" que ha generado el proyecto, y hace referencia, concretamente, a que la "propia empresa, en sus documentos técnicos, afirma que las dos últimas etapas del Camino discurren por los umbrales de nitidez delimitados para el estudio de paisaje de Touro".

La FICS indica que la respuesta que ha recibido por parte de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, a las cuestiones planteadas, genera "serias dudas sobre un impacto sobre este importante bien cultural que podría ser de una muy alta gravedad".

La organización de expertos sostiene así que "existen demasiadas lagunas, silencios y omisiones tanto por parte de la empresa responsable del proyecto como por parte de la administración autonómica", y pone el foco en la "incógnita" de la superficie total de la futura explotación.

En este sentido, cuestiona que aunque la empresa haya dado a conocer un proyecto que mantiene "las cuadrículas de explotación a cierta distancia, 450 metros del Camino, la demasía de la mina, que podría ser explotada por la empresa, llega a tocar e incluso rebasar la propia ruta jacobea".

Por este motivo, alertan que, en caso de que la empresa iniciase la "extracción en esa demasía, a la que tendría derecho, la explotación invadiría el bien cultural".

"Ante este preocupante hecho, ni la empresa ni la administración han manifestado, sorprendentemente, comentario alguno", prosigue el comunicado de FICS, que insta a "reflexionar" sobre si "una gigantesca explotación de mineral a cielo abierto es deseable a menos de medio kilómetro de la última etapa" del Camino.

IMPACTO VISUAL Y TRÁFICO PESADO

Entre los aspectos puestos en tela de juicio por la organización figura también el "impacto visual" de la mina, ante el temor a que la empresa cree "enormes balsas contaminantes, vertederos y parques de maquinaria que se verían desde el Camino" y a que la extracción del cobre "suponga la desaparición de montes enteros que actualmente forman parte del paisaje de la ruta jacobea".

Al respecto, el documento de la organización añade que las "diferentes áreas de la explotación minera serían visibles a lo largo de 18 kilómetros de las últimas etapas del Camino".

En tercer lugar, apunta que "la alteración o destrucción del patrimonio cultural incluido en el territorio histórico del Camino tampoco ha sido aclarada" y que "el tráfico pesado generado por el transporte por carretera del mineral extraído se realizará por la N-547, junto a la que discurre en paralelo el Camino Francés o la A-54".

Por último, se remarca que los "valores de calidad ambiental del propio bien se pueden ver previsiblemente afectados por la proximidad de una explotación minera a gran escala".

LA EMPRESA DESMIENTE LAS ACUSACIONES

Desde la empresa promotora del proyecto, en cambio, se aseguraba este domingo, en coincidencia con la celebración de una manifestación en Santiago convocada por los opositores a la mina, que el proyecto "es compatible con cualquier actividad económica" y acusaba a los colectivos convocantes de crear "una alarma infundada".

En este sentido, replicaba que la explotación cuenta con "garantías" de control y seguridad para la "no afección a las aguas y al medio natural", y transmitía "su ofrecimiento de diálogo y transparencia" y su defensa de que "la minería moderna y limpia tiene mucho que aportar" a Galicia.

Con respecto a las supuestas repercusiones al Camino de Santiago, la compañía expuso que "la mina no se ve prácticamente desde ningún punto" de la Ruta Jacobea, que "se realizará una voladura al día, dividida en pequeñas cargas" y que el polvo generado "se mitigará con riego de pistas, acopios y voladuras", desmintiendo también que se vayan a emplear "compuestos tóxicos y peligrosos".

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