La mayoría de los paquistaníes que asiste habitualmente a rezar a la mezquita Tarik Bin Ziad, en el centro del barrio del Raval de Barcelona, uno de los locales registrados por la Guardia Civil el sábado en el marco de la operación contra el

terrorismo islamista, se muestran temerosos y reticentes a hablar de lo ocurrido.

Aunque la actividad en el centro sigue su ritmo, dentro el ambiente "es raro", según explicó uno de los asistentes, Elidrissi. Según este paquistaní, "

todo sigue como siempre", incluso el imán "vino a rezar como siempre", añadió.

En general, las personas que salían esta tarde de la mezquita Tarik Bin Ziad se negaban a reconocer si el responsable del centro estaba en su interior, y aseguraban ignorar los hechos ocurridos el pasado fin de semana en el centro de la ciudad.

Elidrissi afirmó que los paquistaníes "

tienen miedo" porque consideran que la Policía puede

detener "a cualquier inmigrante". Este hombre habló sobre Ayub, el propietario de la pastelería de la calle Hospital, muy cerca de la mezquita, detenido como presunto terrorista, y le definió como una

"buena persona".