Según ha detallado en una nota informativa este viernes la Conselleria de Salud, se trata del primer hospital del país que certifica de forma conjunta un Servicio de Endocrinología de adultos y un Servicio de Pediatría por su programa educativo para pacientes que se inician o reciben este tipo de terapia.

De esta forma, se garantiza que la "transición" de los pacientes adolescentes con esta terapia, desde el Servicio de Pediatría al Servicio de Endocrinología de adultos, "se realiza con los mejores estándares de eficiencia, seguridad y calidad".

Hasta ahora solo había cuatro grandes hospitales con esta certificación, los Servicios de Pediatría del Hospital General de Alicante y del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y los Servicios de Endocrinología de adultos del Hospital Clínico de Barcelona y del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

La bomba de insulina es uno de los tratamientos para el control de la diabetes y la reducción de sus complicaciones. Es un pequeño dispositivo portátil que administra insulina de acción rápida de forma continua al tejido subcutáneo, durante las 24 horas del día.

Concretamente, suministra la insulina a través de un tubo pequeño denominado catéter y una cánula que se implanta bajo la piel. En ocasiones, esta bomba se acopla a un sensor de glucosa que lee de forma continua los niveles de glucosa en el tejido subcutáneo y permite de forma automática la desconexión temporal de la bomba en caso de que se vaya a producir una hipoglucemia.

Los responsables de ambos servicios en el Hospital Universitario Son Llàtzer, Lluís Masmiquel y Carme Vidal, han remarcado que el objetivo del centro es mejorar los resultados clínicos de esta terapia.

Este programa consta de módulos estrictamente protocolizados y sesiones de formación impartidas por expertos. El proceso requiere igualmente la voluntad de la dirección del Hospital y del Servicio de Salud de dotarse de una infraestructura suficiente y de facilitar que sus profesionales ganen en experiencia y reciban formación.