Empieza el verano, y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha inaugurado oficialmente la temporada de baño veraniega. La metrópoli cuenta con 41 playas distribuidas a lo largo de 42 kilómetros de litoral marítimo, que las disfrutan 10,5 millones de personas, el doble que hace una década.

Este espacio natural se convierte en el principal espacio lúdico del área metropolitana, que se gestiona por parte de laAMB desde hace 20 años. 'La identidad se encuentra en la diversidad' es el lema de este año para la temporada de playas, que revela la variedad de usos que se les da a las costas de los municipios del área metropolitana barcelonesa.

Se pueden distinguir tres tipos de playas: las urbanas (como la de Badalona), las naturalizadas (entre las cuales se incluyen las del Prat de Llobregat) y las destinadas a públicos familiares (en el caso de Castelldefels y Gavà).

Precisamente, la de Castelldefels concentra los tres tipos: se encuentra en el frente marítimo de la ciudad (componente urbano), cuenta con sectores de dunas híbridas (naturalizada) y presenta servicios y equipamientos que son utilizados por vecinos de todas las edades, sobre todo por núcleos familiares.

Los usos que los vecinos de los municipios de la región (así como otras ciudades cercanas) le dan en las playas, van más allá de estar tomando el sol, bañándose o socializando.

Los deportes y las actividades lúdicas van de la mano con la configuración del litoral costero, porque las playas del norte del área metropolitana no son iguales que las del sur.

Las del norte (Montgat, Badalona, Sant Adrià del Besòs y Barcelona) son playas más pequeñas, de costa abrupta, donde el bañista percibe que la orilla cae en picado cuando toca el agua. Esto se debe de a la influencia de la Cordillera Litoral sobre la línea costera, donde la arena es más gruesa, con pequeños guijarros.

Dadas sus características, las posibilidades lúdicas son más limitadas. Aun así, las formaciones rocosas cerca de la orilla, sobre todo a la altura de Badalona y Montgat, son atractivas para practicar snorkel o buceo.

Las playas del sur (El Prat de Llobregat, Viladecans, Gavà y Castelldefels) son mucho más extensas, con el agua menos profunda y con una arena más fina. Sus características están influenciadas por el Delta del Llobregat y el Macizo del Garraf. De hecho, la recuperación de este curso fluvial consiguió mejorar la calidad de las aguas a los balnearios del sur del río.

En varios tramos se encuentran zonas con dunas híbridas, un valioso ecosistema del cual el AMB tiene cura cada año para favorecer la biodiversidad y que sirve como una protección natural ante las tormentas y temporales.

Desde el 2014 el AMB impulsa lo proyecto Dunas Híbridas y su quinta etapa comprende la creación de 5.000 metros lineales de estas formaciones de arena, la plantación de 7.000 plantas autóctonas y la retirada de 40 toneladas de vegetación invasora. Las amplias extensiones de estas arenas las hacen ideales para practicar la caminata nórdica, así como otros deportes como el corfbol (un tipo de evolución del baloncesto).

Castelldefels es la playa por excelencia para practicar kitesurf, gracias a su posición geográfica y a la morfología de la costa, donde los vientos del suroeste causan un oleaje que permite a los practicantes elevarse de la mesa y volar gracias al parapente.

El litoral costero del área metropolitana cuenta con 36 áreas de juegos infantiles, además, a varias playas hay aparatos para hacer ejercicio físico, así como redes y equipamientos para practicar deportes como el *vòlei playa y el fútbol-playa.

El mantenimiento de las playas es una tarea que el AMB realiza durando todo el año. "Estamos trabajando para dar estabilidad en las playas ante los temporales y la regresión del litoral, teniendo en cuenta que son espacios muy sensibles", dijo Ramon Tora, gerente del organismo en la apertura de la temporada, realizada en Castelldefels.

Cada día las maquinarias y el personal del AMB limpian la arena, con un refuerzo en la temporada de verano (entre Semana Santa y el octubre el personal de limpieza se multiplica por siete).

Los residuos, que se discriminan por tipologías (plástico, orgánicos, etc.) se destinan a plantas de tratamiento, y los vegetales como cañas y troncos como los que llegan con los temporales, se traen a las plantas de compostaje.

La gestión integral de las playas por parte de el AMB ha comportado la elaboración de protocolos especiales ante la llegada de medusas a las playas y la gestión de animales marinos como la ballena.

Cada año, los equipos técnicos emprenden acciones para recuperar las playas después de los habituales temporales del invierno. Por eso se repone la arena que el mar socava, y se reparan o cambian las infraestructuras que son dañadas por el oleaje y el viento, como duchas, pasarelas, escaleras o juegos infantiles.