Pedro Horrach, fiscal del caso Nóos: "A partir de hoy podré dormir tranquilo"

Pedro Horrach, exfiscal del caso Nóos.
Pedro Horrach, exfiscal del caso Nóos.
JORGE PARÍS
Pedro Horrach, exfiscal del caso Nóos.

Han pasado más que meses desde que el que fuera el fiscal del caso Nóos esperaba la sentencia que justo este martes se hacía pública, 12 de junio de 2018, coincidiendo con la salida de su libro Pedro Horrach, el fiscal que puso en jaque a la corrupción (Península), escrito por la periodista Ana Martínez.

En la última charla nos emplazó a volver a hablar cuando hubiera salido la sentencia. Cumple su palabra y nos recibe sin problema, sin cortapisas, sin condiciones. No hay pregunta que le parezca mal o al menos que deje sin respuesta. Le ha costado la carrera su honestidad y su compromiso con lo que él creía, pues dejó la Fiscalía. Eso sí: antes logró sentar en el banquillo a Urdangarin.

Me dijo, hace ya bastante tiempo, que hablaríamos de la sentencia del caso Nóos... Pero no pensábamos que fuera a ir tan lenta la justicia...

Sí que va lenta, sí, la justicia... Solo conozco el fallo de la sentencia, no los argumentos, así que es muy débil mi valoración. Te emplazo a que cuando la haya leído con detenimiento hablemos.

¿Por qué se ha rebajado el tiempo de prisión en unos meses?

Se ha omitido, sin perjuicio de que pueda rectificar una vez leída la sentencia, un delito de Urdangarín de falsedad de documento público, lo que ha influido en el cómputo total de la sentencia. Pedía 19 años inicialmente y la sentencia de la Audiencia Provincial es muy poco, y creo que es debido a que no aprecian la falsedad de documento público, pero estoy pendiente de leerla.

¿Le da pereza leerla?

Sí, me da pereza leerla, por todo lo que me remueve, pero la leeré.

¿Más o menos de acuerdo?

Yo hago una valoración positiva, estoy satisfecho.

El fiscal Pedro Horrach posa para 20mintos.
El fiscal Pedro Horrach posa para 20mintos.

(FOTO: JORGE PARÍS)

A usted le ha costado lo suyo...

Ocho años, desde 2010 hasta ahora, es excesivamente lenta la justicia.

Tan lenta como el tiempo que le ha costado que le den la excedencia...

Se retrasó la excedencia desde que la pedí más de un año. Desde mayo del año pasado ya estoy en la otra posición.

¿Qué tal en la otra posición?

Con algunos vaivenes al inicio, pero ahora pasándolo bien, aunque es la noche y el día comparado con lo que hacía.

¿Más libre?

Más libre y ya tenía necesidad de no tener la exposición mediática que he tenido.

¿Cuál ha sido el precio de esa exposición mediática?

Es no muy positivo por las informaciones que han ido saliendo durante el juicio; tengo un sentimiento agridulce.

¿Será fiscal siempre aunque esté en otra trinchera?

Espero que no, pero siempre te queda este poso. Y los inicios son muy difíciles porque cuesta mucho cambiar de posición de la noche a la mañana. Hago un esfuerzo y me voy poniendo al día, pero te queda para el resto de la vida.

Tomada la decisión, toca asumir las consecuencias...

Claro, hay que asumirlo. Llegó un momento en que estaba muy saturado y tenía que cambiar, y estoy muy satisfecho de la decisión tomada. Espero no arrepentirme en el futuro.

¿Tenía ganas de este libro?

Mira, no especialmente al inicio, pero posteriormente, sí. Es una reivindicación de mi trabajo y mi situación profesional en el caso Nóos.

¿Sería fiscal sin Nóos?

Es posible e influiría e influyó mucho en la decisión de dejar de ser fiscal el caso Nóos. No dejarse llevar por el viento mediático cuesta mucho.

Ahora ¿se va a la cama tranquilo?

Eso sí, ahora, a partir de hoy me voy a la cama tranquilo. Eso seguro.  

¿Qué quiere que quede de usted?

Que vean mi recorrido y quiero hacer también una reivindicación de que las decisiones las tomé yo y son mi responsabilidad y que se dejen de confabulaciones y de historias raras. Como que hoy salía el libro porque salía la sentencia. Pero, bueno, eso era imprevisible.

¿Quedan amigos en la profesión?

Sí, alguno queda, pero no excesivos. Y creo que hemos de romper con ciertos corporativismos de ciertos cuerpos. Yo ya me he salido.

¿La infanta tenía derecho a no conocer lo que hacía su marido?

Conocer no es participar pero es que ni siquiera se ha podido probar que la infanta lo conociera. Si vieran con mis ojos los cientos de casos donde te denuncian algo que el cónyuge les ha ocultado durante toda la vida... Son tantos casos que es lo normal. Que no se pueda asimilar cuando se trata de Cristina de Borbón me parece un poco absurdo.

¿Un castigo ejemplar?

Para mí fue un teatro el juicio. Fue montar una parafernalia para aparentar que se hacía justicia. Siempre he estado en contra de guardar las apariencias, no hay nada más injusto que hacer las cosas para aparentar.  Es absurdo.

Y algo de: ¿la justicia es igual para todos?

Sí, y así por qué ella no iba  a sentarse en el banquillo. Se convirtió el principio de presunción de inocencia en culpabilidad. Fue al revés y se cambiaron las tornas desde el minuto uno. Saltó por los aires la presunción de inocencia desde el principio.

¿Más cuando se trata de gente con poder?

Sí, cuando hay relevancia social o del tipo que sea los juicios paralelos son inevitables. Y hacen mucho daño.

Y las mujeres ¿suelen como parece salir peor paradas?

Sí, se les exige mucho más, lo tienen que saber todo de ellos.

¿Siempre sabemos quién va a traicionarnos?

Habría que buscar muy en el fondo. Las zancadillas son dolorosas porque no te las esperas. Y siempre vienen de cerca. 

Ministerio de Justicia, ¿qué le pide?

Demos una oportunidad. Deseo que se impulsen reformas.

¿Como volver a la jurisdicción universal?

Estaría bien. Y esto debería aplicarse a todos los países del mundo.

Si fuera un ciudadano, ¿qué pensaría de la justicia?

Que es excesivamente lenta. 

¿Cuánto yoga ha tenido que hacer?

Algún ansiolítico me he tomado.

¿Lo que más duele es perder lo que uno creía que eran amigos?

Sí, claro, perder amigos, pero eso es la vida. Permanecen muy pocos los amigos. Me sobran los dedos de una mano.

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