Se acercan las últimas semanas de junio y con ellas el final del periodo lectivo, algo que acarrea problemas en numerosos hogares.
Ni el calendario ni los horarios de trabajo se corresponden con los escolares. Esta disparidad provoca que el cuidado de los hijos se vea dificultado incluso durante el curso académico. Así, para muchos padres es imposible recoger a los niños del colegio o asistir a reuniones con sus profesores.
Nueve de cada diez españoles considera que la conciliación entre su vida personal y laboral es igual o peor que en 2008, según el estudio elaborado por la Fundación Más Familia en 2017.
El peso sigue recayendo sobre las mujeres
Paula Leñero a la salida del trabajo /ELENA BUENAVISTA
Las mujeres son las más críticas con la situación actual y no es de extrañar: el 58,1% de las mujeres con hijos que conviven en pareja han hecho renunciastras ser madres, frente a solo un 6,2% de sus parejas, tal y como muestra el informe Somos equipo, presentado por la asociación Yo Renuncio el pasado año.
"Para ocuparme de los niños pedí una reducción de jornada con la consiguiente reducción de horas y salario. Aún así, muchas tardes me tengo que quedar a trabajar y son mis padres los que se quedan con ellos", cuenta Paula Leñero, que tiene una hija de ocho años y un hijo de cuatro.
Tras el periodo lectivo
Juan Salinas junto a sus hijos / ELENA BUENAVISTA
Esta situación se agrava con la llegada de las vacaciones escolares, periodos en los que algunos padres no tienen con quién dejar a sus hijos.
"En verano, como estoy divorciada, nos cogemos un mes cada uno y nos lo podemos repartir", afirma Leñero.
El caso de Juan Salinas es diferente. Él se trasladó desde Santander a Madrid junto a su mujer. En la capital, la pareja no tiene familiares ni amigos con los que dejar a sus dos hijos, de dos y cinco años. "El drama suele producirse durante todo el año, siempre tenemos que hacer malabares, pero en verano se complica aún más", cuenta.
Las comunidades autónomas y los ayuntamientos
En Cataluña las clases terminarán el día 22 y la semana próxima comenzarán las escuelas de verano -con un coste adicional-. Por su parte, la Junta de Andalucía no tiene ningún plan de apertura de centros tras el periodo lectivo -que finaliza también el 22 de junio- aunque sí hay algunos que pueden mantenerse abiertos si hay demanda suficiente de los padres. Son los ayuntamientos quienes organizan actividades como campamentos de verano. El ayuntamiento de Murcia organiza escuelas de verano gratuitas del 2 al 13 de julio.
En la Comunidad de Madrid las clases acabarán en la misma fecha y los ayuntamientos también organizarán cursos de verano, con un coste y unas plazas limitadas. Tanto Leñero como Salinas viven en esta última comunidad autónoma y sus casos no son aislados.
En su día a día, casi el 56% de las familias madrileñas tienen que recurrir a la ayuda de otras personas para poder atender a sus hijos: abuelos (42% de los casos), cuidadores contratados (13%) o a otros familiares o amigos (9%), según datos de la encuesta realizada por el Grupo Investigación de Análisis Económico de la Diversidad y Políticas de Igualdad de la Universidad Complutense en 2016. También hay quienes no cuentan con esas posibilidades, al no tener recursos económicos o apoyos suficientes.
Ante esta situación, la conciliación familiar comienza a tener más protagonismo en las propuestas de los partidos políticos. En octubre de 2017 Podemos registró una Proposición No de Ley que buscaba racionalizar los horarios laborales para poder favorecer así la conciliación con la vida familiar, apostando por fórmulas de teletrabajo y por la flexibilización de horarios. Este jueves Ciudadanos propuso en la misma Asamblea mantener los centros educativos abiertos dos semanas más al año -hasta el 30 de junio y desde el 1 de septiembre-, poniendo en marcha actividades con un horario similar al lectivo habitual y sin coste adicional para las familias.
Horario reducido
Pero no solo existe una descompensación entre los periodos vacacionales de padres e hijos, tampoco coinciden los horarios laborales y escolares. Además, en la mayoría de los colegios se reducen las jornadas en el primer y último mes de curso, algo que supone un grave problema para muchas familias.
"En junio, salen una hora antes de clase y en septiembre también, por lo que necesito que sus abuelos vayan a recogerles los dos meses al completo. Gracias a mis padres puedo continuar, el día que no estén no sé qué voy a hacer", dice Leñero.
Las prisas y el estrés causados por jornadas laborales demasiado extensas son habituales hoy en día en nuestro país y al tener hijos, la situación se complica aún más.
"Entiendo que haya una natalidad muy baja porque nos lo ponen muy complicado", asegura Leñero. Tanto ella como Salinas reivindican una mayor flexibilidad en los trabajos que facilite el cuidado de los pequeños.
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