Según ha indicado la Junta en una nota, bajo el nombre de Teatro Social-Teatro Participativo, el proyecto pasó en el primer trimestre por una fase en la que niños de quinto de primaria elaboraron obras teatrales sobre igualdad y prevención de la violencia machista, para presentarlas posteriormente a sus familias en un espectáculo teatral en torno a las navidades, haciendo así partícipes de la formación a madres y padres.

Durante la segunda fase del proyectos, han sido las Ampas las que han protagonizado el teatro participativo, a través de dos modalidades. Así, en una de ellas los propios padres han preparado la representación teatral con sesiones a lo largo del trimestre, trabajando la igualdad de género en cada una de ellas, mientras que otra modalidad ha consistido en un taller-espectáculo protagonizado por actrices formadoras en género para trabajar con el público en una sola sesión.

Según la Junta, en ambas modalidades se ha ahondado en el aprendizaje y detección de roles sexistas y en la puesta en valor de modelos igualitarios de relación, con el fin de "reforzar el papel de las familias como agentes claves en el fomento de relaciones sanas y de valores sociales igualitarios", así como en la prevención, detección y actuación ante la violencia de género en edades tempranas.

Por su parte, la directora del IAM, Elena Ruiz, ha asistido en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) a la clausura del proyecto, donde ha destacado que este tipo de iniciativas participativas "permiten formar tanto al alumnado como a madres y padres como agentes activos para la defensa de la igualdad de género y la erradicación de la violencia y el machismo".

En este sentido, ha señalado que "sólo desde la formación continua en género y desde edades tempranas se tendrá en el futuro una sociedad crítica con el machismo, capaz de cambiar los soportes de la estructura patriarcal en la que vivimos".

Además, la directora del IAM ha recordado que la próxima reforma de la Ley andaluza de Igualdad de Género, que se encuentra en trámite parlamentario, prevé garantizar la perspectiva de género en los libros de texto y en los materiales curriculares de todas las etapas educativas, mediante la creación de una comisión de personas expertas encargada de la revisión de dichos contenidos.