El presidente de EE UU, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se dieron un apretón de manos al inicio este martes de su histórica cumbre en Singapur, la primera de la historia entre los dos países.
Trump entró por la derecha y Kim por la izquierda a un patio del hotel Capella en la isla de Sentosa, y se estrecharon la mano sobre una alfombra roja y frente a una decena de banderas de Estados Unidos y Corea del Norte.
El presidente estadounidense dirigió unas pocas palabras al líder norcoreano y le tocó levemente el brazo derecho, mientras Kim le dijo: "encantado de conocerle, señor presidente". Ambos posaron ante las cámaras con el rostro serio y no sonrieron hasta justo antes de entrar en la sala donde mantienen su primer encuentro.
"Me siento realmente bien. Vamos a tener una gran conversación y creo que un éxito tremendo", dijo Trump ya sentado a la izquierda de Kim al comienzo de su reunión de 45 minutos a solas. "Creo que va a ser algo realmente exitoso y creo que tendremos una relación estupenda, no tengo dudas", agregó.
Por su parte, el líder norcoreano aseguró que su país y Estados Unidos han superado "muchos obstáculos" para conseguir celebrar la histórica cumbre. "No ha sido fácil llegar hasta aquí, ha habido muchas viejas prácticas, prejuicios y obstáculos en nuestro camino hasta llegar aquí, pero hemos superado todo eso", dijo Kim en coreano.
Va "muy, muy bien"
Trump también dijo a Kim, en aparente respuesta a una pregunta del líder norcoreano que los periodistas presentes no captaron: "Se lo diré cuando estén fuera [los medios]".
Sus declaraciones al inicio del encuentro las presenciaron en persona siete periodistas estadounidenses y siete norcoreanos, después de una negociación entre ambos países para limitar y hacer equitativo el acceso de los reporteros a la histórica cumbre.
Después de una conversación a solas que duró unos 48 minutos, Trump y Kim salieron de la sala de su reunión y se dirigieron a otra para mantener una reunión de trabajo bilateral con una delegación más amplia.
Trump dijo a los periodistas que el encuentro a solas había ido "muy, muy bien", y Kim no respondió a la pregunta de si está dispuesto a deshacerse de sus armas nucleares.
La reunión, cuyo objetivo es tratar la posible desnuclearización de Pyongyang, es la primera entre mandatarios de ambos países tras casi 70 años de confrontación a raíz de la Guerra de Corea (1950-1953) y 25 de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.
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