Se vende ‘caviar’ de... supervaca

  • El mamífero pesaba 1.400 kilos.
  • El triple de lo normal.
  • Un puesto de Chamartín ha distribuido casi todos sus 800 kilos de carne.
La vaca Careta era tres veces más grande que una normal.
La vaca Careta era tres veces más grande que una normal.
La vaca Careta era tres veces más grande que una normal.

Lo habitual es decir: «Estás como una vaca». Pero a partir de ahora, cuando alguien esté muy gordo, se dirá: «Estás como Careta». Así es como se llamaba una rumiante de 1.400 kilos (un peso tres veces superior al normal, ya que una vaca suele pesar entre 450 y 500 kilos) y metro y medio de ancho.

De muy buena calidad; son 800 kilos de caviar

El mamífero fue sacrificado en diciembre. La carne «ha estado reposando» y se empezó a vender hace poco más de una semana en la carnicería de Cesáreo Gómez, puesto número 47 del mercado de Chamartín. Cesáreo asegura que la carne de Careta es «de muy buena calidad; son 800 kilos de caviar».

«Era un monstruo»

La vaca Careta era tan inusualmente grande que cuando la fueron a sacar de la cuadra gallega en la que vivió durante diez años tuvieron que desmontar las puertas. «Era un monstruo. Cada pierna pesaba 150 kilos», dice Cesáreo.

Un monstruo, eso sí, muy sabroso, ya que «tenía mucha carne y mucha grasa infiltrada en los músculos –explica Cesáreo–. Pero grasa monoinsaturada, de la buena, de la que ayuda a bajar el colesterol en la sangre».

La supervaca vale su peso en oro. El precio en el mercado de este manjar ronda los 20 ó 25 euros el kilo; más de 40 euros por kilo en el caso del solomillo (alrededor de un 30% más que la carne de vaca convencional).

Pese a estos precios, la aceptación de Careta en el mercado ha sido espectacular: «Todo el que se ha llevado carne ha salido encantado. La mayoría tarda poco en llamar para felicitarnos».

El secreto de Careta es que llevó una vida tranquila, una alimentación digna de un gourmet vacuno (agua caliente, mazorcas con harina de maíz, berzas y algunas hierbas) y su excelente ascendencia genética.

Todos estos requisitos los cumplía esta vaca que en la última semana ha sido el principal reclamo de la carnicería de Cesáreo Gómez. En estos días, el carnicero no ha dado abasto: de 800 kilos de carne, apenas ya quedan unos pocos filetes.

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