El Departamento de Parcs i Jardins del Ajuntament de Barcelona está experimentando con "la lucha biológica" para erradicar algunos insectos nocivos y garantizar la buena salud fitosanitaria de las zonas verdes de la ciudad. Consiste en introducir enemigos naturales de las plagas.

Uno de los insectos más perjudiciales para los arbustos, la cochinilla, también llamada "cócido, caspilla o conchuela", se ha cebado en un seto llamado Myoporum acuminatum, un "siempreverde" que abunda en el Parc de les Cascades de la Nova Icària, entre las calles Arquitecte Sert i Jaume Vicens Vives.

La propuesta, según Xavier Hernández, director de conservación de Parcs i Jardins, "surgió de la Generalitat valenciana", cuando les ofreció los que llaman "insectos beneficiosos". En esta zona se han liberado varios ejemplares de Rodolia Cardinalis, un escarabajo considerado como un gran "depredador" del insecto-germen.

Primeros resultados, positivos

La cochinilla se alimenta clavando su pico succionador en las hojas y el tronco. Al poco tiempo, las hojas verdes se decoloran y adquieren un tono amarillento y se deforman. Al chupar la savia, la planta se debilita y es propensa a los hongos, que pueden acabar matándola.

Los primeros resultados, según Hernádez, "son positivos", tras las pruebas realizadas en Sant Martí. Aun así, afirma el responsable municipal, cabe analizar la reacción de los depredadores en otro hábitat distinto al de los invernaderos en los que se han criado.

Más hacia la primavera, el Departamento de Parcs i Jardins experimentará de nuevo con otras especies que puedan ayudar a aniquilar a las más dañinas para los árboles. Fernández admite lo atractivo de "una alternativa que no sea la fumigación con productos fitosanitarios".