Los bolsos de lujo sustituyen a las prostitutas en Ámsterdam

  • Como parte de un proyecto para cambiar la imagen sórdida de la zona.
  • Quince jóvenes diseñadores holandeses abrieron el sábado sus tiendas en antiguos burdeles.
  • El Ayuntamiento quiere acabar con el crimen y con el tráfico de seres humanos.
Un hombre mira un escaparate de Roswitha van Rijn en uno de los antiguos burdeles.
Un hombre mira un escaparate de Roswitha van Rijn en uno de los antiguos burdeles.
REUTERS
Un hombre mira un escaparate de Roswitha van Rijn en uno de los antiguos burdeles.

Las faldas diminutas y los tops reveladores están dejando paso a los trajes de noche de diseñador y los bolsos de lujo en el Barrio Rojo de Ámsterdam, como parte de un intento de cambiar la imagen sórdida de la zona.

Es el momento de un cambio aquí
Quince jóvenes diseñadores holandeses
abrieron el sábado sus tiendas en antiguos burdeles, mostrando sus creaciones en los grandes escaparates en los que hace poco se sentaban las prostitutas ofreciendo sus servicios.

"Es el momento de un cambio aquí", dijo el vicealcalde de Ámsterdam, Lodewijk Asscher, en el lanzamiento de esta iniciativa, respaldada por el Ayuntamiento. "Los amsterdameses deberían poder sentirse orgullosos de esta zona".

Quieren acabar con el tráfico de seres humanos

El Ayuntamiento se está poniendo duro con el distrito de luces rojas de 800 años de antigüedad, prometiendo acabar con el crimen y con el tráfico de seres humanos revocando las licencias de los burdeles y clubes sospechosos, incluyendo algunos de los más conocidos del sector.

Al permitir que los diseñadores ocupen antiguos burdeles durante un año sin pagar, espera inspirar una nueva vida en la zona y atraer visitantes más interesados en comprar que en mirar a las trabajadoras del sexo.

Las mujeres de aquí temen que afecte a sus ganancias, porque las tiendas traerán a la clase de visitante que no quiere tener nada que ver con ellas

Pero el proyecto "moda luz roja" ha enfurecido a las prostitutas de las ventanas locales.

"Las mujeres de aquí temen que afecte a sus ganancias, porque las tiendas traerán a la clase de visitante que no quiere tener nada que ver con ellas", afirmó Metje Blaak, del sindicato de trabajadores del sexo.

Muchos en el sector turístico reconocen que el Barrio Rojo, una madriguera de callejones estrechos y canales llena de sex shops, espectáculos eróticos y burdeles, es una atracción tan importante como los museos de arte y los coffee shops de Ámsterdam, donde se vende y fuma marihuana.

"Perderán mucho dinero si lo cierran", afirmó Max, un turista inglés de 25 años, que reconoció que habían sido las drogas y las mujeres las que le habían atraído a Ámsterdam.

La nueva y más dura actitud del Ayuntamiento forma parte de una tendencia en Holanda para endurecer las leyes que regulan los coffee shops y la prostitución.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento