¿Pasar el verano en una academia de inglés o en el extranjero?: Pros y contras

Todo depende de los objetivos personales de cada uno
Todo depende de los objetivos personales de cada uno
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Todo depende de los objetivos personales de cada uno

Para muchos el verano es la ocasión perfecta para centrarse en realizar actividades a las que no se les puede dedicar el tiempo necesario o deseado durante el resto del año, bien sean de ocio o bien de formación, y los idiomas son, con frecuencia, una de esas asignaturas pendientes.

Y, aprovechando la flexibilidad que aportan las vacaciones, puede surgir una duda: ¿es mejor pasarlas en casa y apuntarse a una academia o marcharse fuera a vivir una experiencia diferente? ¿Cuál de las dos opciones es mejor para aprender un idioma?

En realidad, no hay un método mejor que otro, todo depende de los objetivos personales, de las preferencias de cada uno y de cómo nos desenvolvemos mejor a la hora de estudiar. De hecho, cada una de las opciones permite desarrollar el aprendizaje de forma distinta, por lo que no son excluyentes sino combinables.

Por ejemplo: en una academia aprenderás el uso correcto del idioma, centrado en la preparación para los niveles reconocidos, es decir, ajustándote a los temarios de los exámenes oficiales, y dirigido a sacarte un título; mientras que, si sales al extranjero, no habrá evaluaciones, notas ni contenidos mínimos, pero aprenderás a desenvolverte tú solo fuera de tu zona de confort, siendo el inglés tu herramienta para comunicarte con tu entorno.

Estudiar en una academia:

  • ¿Un aula en verano? Quizás lo último que te apetezca sea estar en metido en un aula en vacaciones, y pienses ¿pero dónde están las vacaciones? Sin embargo el entorno y el método de aprendizaje dependen de la academia que escojas y muchas apuestan ahora por la formación práctica y dinámica.
  • La formación está orientada. Cuando pides información en una academia a menudo te preguntan cuáles son tus objetivos. La formación de estos centros suele ir dirigida hacia la obtención de títulos de idiomas, por lo que el aprendizaje se centra en las herramientas y conocimientos que necesitarás para superar estas pruebas con éxito. Si tienes un objetivo concreto por el que necesitas mejorar tus conocimientos de inglés, tal vez esta sea la mejor vía. La tendencia, aunque esto depende del centro formativo, tendencia es centrarse en la teoría, la gramática y el uso correcto del idioma, así como practicar 'writing' y 'reading', algo que, quizás, descuides más al viajar a otro país.
  • Cuentas con atención personalizada de un profesor. Podrás resolver tus dudas con tu tutor, recibir consejos, compartir material y, en general, tener un acceso rápido y fiable para las consultas que necesites.
  • Puedes compaginarlo con tu vida habitual. Una o dos horas de estudio y, después, amigos, piscina, familia, excursiones o, sencillamente, algo de descanso.
  • Conocerás gente nueva en tu ciudad. Si en tu academia compartes las horas de trabajo con gente que tenga tu nivel, terminarás compartiendo conversaciones, haciendo presentaciones y manteniendo el contacto semana tras semana. Tal vez lo que empezó siendo formación individual termine en una bonita amistad.

Salir al extranjero:

  • Serendipia. Esta palabra significa un descubrimiento afortunado y accidental. Es decir, encontrar algo cuando estás buscando otra cosa. Si te marchas fuera, aprenderás muchas cosas que no te enseñarían en una academia: no solo no estás dentro de una habitación, sino que al orientarte por la calle, hablar con gente, comprar, leer carteles, menús, ir al cine, coger un transporte público, ir a la biblioteca o simplemente a tomar algo, tendrás que poner en práctica tu inglés.
  • Te integras en la cultura. No solo aprendes un idioma. Disfrutas del turismo y de los contrastes. De personas nuevas, de una forma distinta de hacer las cosas. De la gastronomía, de las expresiones y del lenguaje más coloquial.
  • Sales de tu zona de confort. Y tu mejor herramienta será tu control del idioma, así que tendrás que aprender sí, o sí. Este cambio puede ser más brusco y tal vez al principio al volver a la cama después de un largo día, sientas que necesitas un descanso, pero poco a poco notarás que no te cuesta tanto expresarte y que tu mente se ha acostumbrado a pensar en otro idioma.
  • Tú, autodidacta. Cuando te marchas al extranjero, el aula es tu destino y tú, tu propio profesor. Además de y no tienes por qué dar de lado la parte teórica puedes hacerte socio de alguna biblioteca y consultar allí manuales de inglés, recopilar material a través de internet, apuntarte a alguna actividad grupal para ampliar tu círculo y, poco a poco aprenderás a encontrar tus propios recursos.
  • En continuo aprendizaje. Aunque los primeros días puedas terminar cansado, la inmersión hará que aprendas en poco tiempo mucho más de lo que esperas. El mayor avance será tu habilidad para expresarte de forma oral, ya que es la que te ayudará en el día a día a moverte por la ciudad. En seguida descubrirás que dos se entienden si los dos quieren, así que, aunque al principio cometas errores, si quien te escucha pone de su parte os entenderéis sin problemas.
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