Diseñan un fotofármaco con potencial terapéutico contra el Párkinson

Mano, mayor, parkinson
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PIXABAY
Mano, mayor, parkinson

Científicos del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona (UB), del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han diseñado el primer fármaco activado por luz con potencial terapéutico contra el Párkinson, aunque su aplicación clínica aún está lejana.

Este nuevo fármaco, denominado 'MRS7145', es efectivo en modelos animales -en este caso, en ratones de laboratorio- de la enfermedad de Párkinson, según la investigación que publica la revista Journal of Controlled Release.

Se trata del primer fotofármaco con potencial terapéutico para luchar contra la enfermedad de Párkinson, causada por la reducción de la dopamina, debido a la muerte progresiva de las neuronas dopaminérgicas.

Debido a la falta de especifidad espacial y la distribución lenta e imprecisa, entre otros motivos, la acción de los fármacos convencionales está muy limitada. Además, con el paso del tiempo, la eficacia del tratamiento tradicional contra el Párkinson (levodopa) va disminuyendo, y obliga a aumentar la dosis o bien cambiar el medicamento.

Funcionamiento del MRS7145

La optofarmacología es una disciplina innovadora que se basa en el uso de la luz (con una determinada longitud de onda) para controlar la actividad de los medicamentos y hacerlos más precisos. Esta es empleada en el MRS7145, un derivado fotosensible de un antagonista selectivo del receptor A2A de adenosina.

En un principio, este primer fotofármaco es un compuesto químico inactivo cuyo estado no cambia hasta que es activado con luz del espectro visible (con una longitud de onda de 405 nanómetros) que no es perjudicial para el organismo.

Una serie de fibras ópticas implantadas en el cuerpo estriado (en el interior del encéfalo) de los ratones de laboratorio facilita la irradiación de esta región del cerebro, responsable del control de la actividad motora.

Tras la irradiación con luz violeta, el fármaco activo se libera y bloquea el receptor A2A de adenosina, "lo que tiene un efecto facilitador de la actividad de la dopamin", de acuerdo con el investigador Francisco Ciruela, que añade que "una precisión espaciotemporal más fina permitirá manipular los circuitos neuronales con más detalle y establecer su funcionamiento con fines terapéuticos y neuroprotectores".

Según el científico, este tratamiento se podría controlar en las personas "por ejemplo,  con un parche acoplado con un sistema de irradiación controlado remotamente por una app al móvil, el médico podría controlar de una manera precisa la liberación de la dosis más eficaz del fármaco activo al sitio de acción".

Aunque la aplicación clínica de este fotofármaco en pacientes es un hito aún lejano, esta innovación farmacológica podría abrir camino a buscar nuevas terapias contra el Párkinson.

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