Los socialistas han valorado positivamente la propuesta de la Comisión Europa de incluir por primera vez a Pamplona en uno de los corredores prioritarios que hay en España, el Atlántico, si bien han advertido de que la propuesta "deja abierta la puerta a que la conexión entre Pamplona y Bilbao se haga por Pamplona, por Logroño o por ambas". "En todo caso, no hay competencia entre ambas ciudades, si bien el Gobierno foral tendrá que dejar de esconderse en este tema y dar la cara ante el Ministerio de Fomento para que la capital navarra se incluya en el corredor, tal y como aparece reflejado en la propuesta", ha señalado el PSN en una nota.

Para la secretaria general de los socialistas navarros, María Chivite, "es, sin duda, una buena noticia". "Figurar en uno de los corredores prioritarios -aquellos con mayor flujo de personas y mercancías- implica más visibilidad y mayores oportunidades de cofinanciación de las infraestructuras. De esta forma, se podría optar a fondos europeos para costear, al menos, parte de las obras del Tren de Altas Prestaciones en Navarra", ha apuntado.

En una reciente visita a Bruselas, una delegación del PSN defendió ante representantes de la Comisión Europea la "importancia" que para la Comunidad foral tiene la llegada del TAP, "una obra de desarrollo económico y empresarial, pero también de cohesión territorial".

No obstante, los socialistas han criticado reiteradamente "la escasa iniciativa del Gobierno de Navarra en esta cuestión, que ha dejado todo en manos del Ministerio de Fomento ante la división del cuatripartito en lo relativo al Tren de Altas Prestaciones".

"Es el momento de dar un paso al frente", ha apuntado Chivite, que entiende que "es más necesario que nunca aprovechar la oportunidad que nos brinda Europa para formar parte del Corredor Atlántico".

Por ello, desde el PSN han instado al Gobierno de Barkos a "trabajar conjuntamente con el nuevo Ministro de Fomento, José Luis Ábalos, en la defensa de los intereses de Navarra en materia de movilidad, conectividad e infraestructuras".

El siguiente paso será el trámite de aprobación de la propuesta por parte del Parlamento Europeo y el Consejo, con el objetivo de que el nuevo Reglamento pueda entrar en vigor en el año 2021.