Las alumnas de 16 de los 28 colegios concertados de Valladolid en los que el uniforme es obligatorio se ven obligadas a llevar falda durante todo el curso. El reglamento de sus centros les impide vestir pantalón incluso en invierno, cuando el frío arrecia.

A pesar de todo, permitir que las alumnas puedan decidir entre el pantalón o la falda empieza a extenderse, sobre todo en Secundaria. «Al hacerse mayores no quieren la falda, aunque hay niñas que se ven más guapas con esta forma de vestir y optan por seguir con ella», afirman desde el Patrocinio San José.

Para los progenitores todo se basa en la costumbre. «Si es una mayoría es porque los padres no lo han solicitado. Creo que muchos no se plantean otra cosa que lo que están acostumbrados a ver, la falda», reconoció el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de colegios concertados en la región,

Roberto Caramazana. Él mismo afirma que si empieza a ser común es probable se empiece a plantear mucho más.

En lo que todos coinciden es que el uniforme es una opción cómoda y que evita desigualdades. «Así no hay problemas con las marcas», añade Caramazana. El precio es otra cuestión. La media se sitúa en los 313 euros pero «se puede buscar más barato», añadió.

«Algunas se quejaban de frío»

A partir del próximo curso 2008-2009, las niñas del colegio La Inmaculada Concepción deberán seguir llevando el uniforme habitual pero con la particularidad de que podrán elegir entre usar falda o pantalón.

«Algunas estudiantes se habían quejado de que en invierno pasaban frío con la falda y hemos decidido dejarlas elegir entre ambas prendas de cara al futuro», explicó la directora del centro.

Tradición y modernidad

Chandal. Es más común que el uniforme. Muchos colegios lo tienen desde hace años, incluso los públicos.

Vaqueros. Algunos centros, como el colegio Santa María la Real de Huelgas, han sustituido el uniforme habitual en Secundaria por un pantalón vaquero, tanto para chicos como para chicas.

Allúe Morer. Es el primer colegio público en tener uniforme en la ciudad. En él, se puede elegir entre falda y pantalón.

Por tradición. La permanencia de la falda frente al pantalón es por tradición. Los padres están acostumbrados y no se plantean que puedan cambiarlo.

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