El terremoto que sacude la política española no ha terminado: el viernes por la mañana, Mariano Rajoy fue descabalgado del Gobierno mediante la primera moción de censura que ha triunfado en el actual periodo democrático; el sábado, su sucesor, el socialista Pedro Sánchez, prometió el cargo ante Felipe VI; y este domingo, el nuevo presidente seguía trabajando sin descanso para definir la estructura de su Ejecutivo y elegir las personas que le acompañarán en esta etapa, que se presenta tan complicada para los socialistas como determinante para sus futuras aspiraciones electorales.

Sánchez, por ahora, no ha comunicado el nombre de sus ministros. Fuentes socialistas ya han confirmado que el expresidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, será ministro de Exteriores. El presidente y su círculo de confianza apenas han deslizado en público algunas de las claves que marcarán el nuevo gabinete. Será un equipo con igual número de hombres y mujeres y de "inspiración socialista", esto es, con miembros del PSOE y quizá independientes afines al partido, pero sin ministros de Unidos Podemos, pese a la insistencia de los de Pablo Iglesias, que avisan de lo arriesgado de aventurarse a gobernar con solo 84 diputados.

"Un Gobierno monocolor del PSOE es más inestable que uno que incluya a otras fuerzas para afrontar los retos que quedan por delante", argumentó este fin de semana el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique. Pero, por si había dudas, la portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita Robles, dejó claro que esa puerta está cerrada: "La posición del señor Sánchez ha quedado clara. Va a hacer un Gobirno socialista y en minoría", subrayó.

Entre otras novedades, el Ejecutivo socialista podría recuperar el Ministerio de Igualdad, algo que propuso el propio Pedro Sánchez ya en 2016. Ese departamento tuvo una vida fugaz durante la Presidencia del también socialista Zapatero, que lo creó al comienzo de su segunda legislatura (2008) y lo disolvió solo dos años y medio más tarde. La ministra en ese periodo fue Bibiana Aído.

Entre los nombres de peso en esta etapa figurarán varias de las personas que se han destacado en la actual dirección del PSOE, como Carmen Calvo, Margarita Robles, José Luis Ábalos y Adriana Lastra. Muchas de las apuestas colocan a la primera de ellas como posible vicepresidenta. Exministra de Cultura y responsable de Igualdad en la Ejecutiva socialista, es catedrática en Derecho Constitucional y fue la elegida por Sánchez para negociar la aplicación del artículo 155 en Cataluña con el Gobierno de Rajoy.

En cuanto a Robles, podría abandonar la Portavocía en la Cámara Baja –posibilidad con la que se especula desde hace tiempo– e integrarse en el Gobierno. La magistrada en excedencia ya tuvo responsabilidades en Justicia e Interior en la etapa de Felipe González.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, y la vicesecretaria general, Adriana Lastra, de la total confianza de Sánchez y miembros de su núcleo duro desde la campaña de las primarias socialistas, también están llamados a ser figuras determinantes, aunque está por ver si dan el salto al Gobierno o si se quedan al frente de la vida orgánica del PSOE.

Las quinielas de ministrables socialistas también señalan, entre otros, al exlehendakari Patxi López y la exministra Cristina Narbona. Además, se da por segura la presencia de al menos un miembro del PSC en el Gobierno, donde también podrían entrar independientes y otros miembros de la dirección federal socialista.