En una época se les dio utilidad pero han caído en el olvido. De nada les sirve ahora ser edificios singulares, en muchos casos con valor arquitectónico y situados en su mayoría en pleno centro de Barcelona. Llevan tiempo cerrados y se deterioran a la espera de que sus propietarios decidan rehabilitarlos y darles un uso, y mientras entidades sociales y vecinales reclaman equipamientos ciudadanos.

El Hivernacle del parque de la Ciutadella, el antiguo Teatre Principal y la antigua fundición de cañones de La Rambla, el que fue el Palacio del Cinema de Via Laietana, la Torre del Fang del Clot o la ermita de Santa Magdalena del monasterio de Sant Jeroni de la Vall d’Hebron son ejemplos de estos edificios fantasma, muchos de ellos de titularidad pública. Estas son sus historias.

El Hivernacle de la Ciutadella, del Ayuntamiento y construido en 1884, tiene la estructura oxidada y varios cristales rotos. En 2015 se empezó a rehabilitar pero la empresa que se encargaba de las obras se fue a la bancarrota pocas semanas después. En 2016 el gobierno municipal de Ada Colau comunicó su intención de hacer un nuevo concurso para seguir con la reforma y acabarla este año, pero lo dicho se quedó en agua de borrajas. El plan director que tiene previsto elaborar el Consistorio para transformar la Ciutadella tendrá entre sus objetivos recuperarlo, pero no hay fecha para ello. Fuentes municipales cuentan que cuando se paró la remodelación "se encontraron desperfectos estructurales importantes y se está redactando un nuevo proyecto".

Esta masía de finales del siglo XIII o principios del XIV es de titularidad del Ajuntament desde 1984 y lleva cerrada unos 10 años. Sus ventanas están tapiadas y sus fachadas, cubiertas con una malla y grafitis. No hay proyecto para el edificio. Desde el Consistorio afirman que "se le quiere dar un uso y se está trabajando para ello".

Este edificio está en desuso desde 2003, cuando la Generalitat lo adquirió para que fuera la sede del Instituto Europeo de la Mediterránea, pero no lo llegó a ser. En 2015 el Ayuntamiento anunció que estaba cerrando un acuerdo con el Govern para comprarlo, en el marco de un compromiso con ERC, pero "quedó descartado", apuntan fuentes municipales. No hay planes para el edificio, del siglo XVII y por dentro en malas condiciones. "Se tiene que decidir el uso", se limitan a señalar desde la Direcció General de Patrimoni del Govern.

El que fue el Palacio del Cinema, propiedad del Grup Balañá, está cerrado desde 2001 a la espera de reformas. Fuentes municipales señalan que no hay intención de comprarlo y que en Via Laietana, donde está situado, se están centrando en los inmuebles de los números 8 y 10, que albergarán pisos públicos de alquiler.

También de Balañá, está cerrado desde 2016. El Ayuntamiento anunció en 2015 que negociaba su compra. "Mantenemos nuestro interés pero está en manos de sus propietarios decidir si quieren vender y en qué condiciones. No podemos comprar a cualquier precio. Tuvimos conversaciones con ellos para explorar la posibilidad de hacer una permuta y no la aceptaron", explican desde el Consistorio.

En la Vall d’Hebron, junto a una gasolinera por encima de Sant Genís dels Agudells, están los restos del monasterio de Sant Jeroni, fundado en 1393 y actualmente abandonado. Queda en pie la ermita de Santa Magdalena, en desuso.

Otros edificios que estaban cerrados se están recuperando. Un ejemplo es el Teatre Arnau. La redacción del proyecto de rehabilitación está prevista este año y el inicio de las obras, en 2019.

También se reformará "próximamente", según Fomento, la antigua sede de la Delegación del Gobierno, en el Palau de la Aduana. Los trabajos costarán 8,8 millones y durarán 36 meses.

Por otro lado, el Ayuntamiento ha invertido 930.741 euros en remodelar el Ateneu Flor de Maig de Poblenou, desalojado en febrero por riesgo de derrumbe.