Las nuevas generaciones han suplantado los nombres más tradicionales por los de Hugo y Lucía. Actualmente hay 74.393 personas que se llaman Hugo con una media de 9,6 años; y en 2016 nacieron 4.672 niñas con el nombre de Lucía.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística reflejan que los padres arriesgan e innovan más cuando van a poner nombre a sus hijas que a sus hijos. Martina, Daniela, Noa o Valeria han irrumpido en el top ten de los nombres más frecuentes en España.

Atrás se quedan las niñas que responden al nombre de Laura, Marta, Sara o Ana que ya no están entre las primeras opciones de los padres cuando les preguntan por cuál será el nombre de su pequeña. Pero si de desbancadas se habla, María se lleva la palma. El nombre que estuvo liderando el censo español desde los 90 ha visto como no solo le superaba Lucía si no que en 2016 también lo hacía Martina.

Según Roberto Barbeito, sociólogo especializado en demografía, el declive de los nombres tradicionales se debe a que  "antes la tendencia la marcaba la reiligión y tradición familiar y ahora la marcan lo medios de comunicación".  Además, explica el sociólogo, que "los nombres de María y José llegaron para rememorar a personajes ligados a la historia del catolicismo" y las familias han querido mantenerlos por tradición familiar: "en España es muy común llamar a los niños con el nombre de sus progenitores o abuelos".

En el caso de los niños los padres no se complican. Alejandro, Pablo, Daniel, Alvaro o David siguen colmando las guarderías igual que lo hacían 10 años atrás. La gran sorpresa la ha dado Hugo que continúa desbancando al tan poderoso y afianzado Daniel del primer puesto. De hecho, gritar ¡Hugo! en Madrid puede provocar que 13.070 personas giren la cabeza. Y es que es en la capital donde más personas y niños se llaman de esta manera: en 2016 nacieron 4.870 niños más con este nombre.

Pisando fuerte vienen Martin, Lucas y Mateo que desde hace dos años metieron la quinta y ya no hay quien les saque de los nombres más frecuentes entre los recién nacidos en España. El más decido a alcanzar el primer puesto es Martin, en dos años ha escalado cinco puestos en la tabla. Según los últimos datos facilitados por el INE este nombre de origen romano fue elegido para un total de 4.050 bebés.

Un fenómeno curioso es la proliferación de nombres extranjeros. España no solo puede presumir de la riqueza y diversidad en su léxico. Esto para Barbeito está directamente relacionado con la inmigración: "los inmigrantes que se asientan en España traen consigo sus nombres de origen. Además ahora cada vez hay más matrimonios en los que los padres tienen nacionalidades diferentes y también se buscan nombres más internacionales que encajen en cualquier otro país".

Hoy en día, ya sea por elección de los padres o a causa de la inmigración, nombres de niños como Mohamed o Youssef (muy comunes en Argelia o Marruecos) forman parte también de nuestro censo. De la misma manera pasa con los nombres de niñas: en España ya hay más niñas que se llaman Fatima, Aya o Malak que Silvia, Mireia o Noelia.