El Comité Federal del PSOE apoyó este lunes por unanimidad el plan de Pedro Sánchez de presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy tras la condena al PP en la primera sentencia de la trama Gürtel, donde, entre otras cosas, se considera probada la existencia de una caja B en la formación. Sánchez apenas detalló sus planes en su intervención, donde describió la iniciativa para arrebatar el Gobierno a los conservadores como un plebiscito sobre los casos de corrupción que les afectan. Mientras tanto, algunos barones advirtieron de que los socialistas no deben pactar con los grupos catalanes del Congreso.

En su discurso inicial, Sánchez dijo que su plan tiene tres elementos: "Moción de censura, estabilidad y elecciones". Sobre la moción, dijo que los 350 diputados del Congreso, "ni uno más, ni uno menos", deben responder a la pregunta de si Rajoy puede o no seguir en La Moncloa. Sobre la estabilidad, propuso un "pacto por la regeneración" y prometió garantizar el "orden constitucional". Y sobre las elecciones, no precisó cuándo las convocaría. Algunos barones creen que debería ser "más pronto que tarde". Otros, que un Gobierno del PSOE podría sobrevivir más allá de otoño, tiempo suficiente para activar algunas iniciativas sociales.

La reunión del comité duró apenas tres horas y los 22 turnos de palabra fueron de cierre de filas. Al término de la cita, fuentes de la Ejecutiva se felicitaron por la "adhesión clara" y el "cheque en blanco" de los principales dirigentes del partido a Sánchez. Ese apoyo, aseguraron, fue tanto de cara a la votación de la moción, este viernes en el Congreso, como de respaldo a la estrategia de la cúpula del PSOE en los últimos días. Sánchez, que sostiene que el PSOE "no tenía alternativa" a intentar la censura, agradeció el apoyo en su intervención final y defendió que la moción se presenta por "convicción" y "ética", y no por táctica electoralista.

Ningún barón cuestionó la moción de censura, pero algunos sí recordaron que el PSOE no debe pactar con los independentistas. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, afirmó en su intervención a puerta cerrada que "comparte" con Ferraz que "no puede haber acuerdo ni concesión" alguna a las formaciones catalanes. A su llegada a Ferraz, el castellanomanchego Emiliano García-Page dijo que los socialistas no pueden "apostar por un Gobierno pendiente de los independentistas". Algunos críticos querían que Sánchez explicitase que la moción solo debería prosperar si tuviera el apoyo de Podemos y Cs.

Así pues, en las filas socialistas existen cargos que temen un posible apoyo de ERC y PDeCAT a la moción. Otros, en cambio, comparten la posición de la Ejecutiva y de Sánchez, que prometen no negociar con esas formaciones y mantener la defensa de la legalidad en Cataluña, pero recuerdan que todos los diputados pueden votar lo que consideren oportuno sobre la continuidad de Rajoy, por lo que no rechazarían llegar a La Moncloa con su apoyo, si es que quieren dárselo "gratis". Miquel Iceta, líder del PSC, dijo que no habrá ningún "pacto oscuro" para hacer presidente a Sánchez y que "solo los muy deshonestos" pueden atribuirle el deseo de pactar con los independentistas.

En lo que todos coinciden es en que es muy complicado que Sánchez se convierta en el nuevo inquilino de La Moncloa los próximos días. Cs no da su brazo a torcer, los independentistas parecen endurecer sus exigencias por momentos y el PNV tampoco se muestra demasiado receptivo. Sin embargo, Ferraz confía en que la iniciativa suponga, en el peor de los casos, un impulso político para el PSOE, porque el resto de grupos tendrán que retratarse. Paseo lo que pase, habrá un antes y un después, defiende Sánchez.