El Gobierno turco ha informado al español de que todavía tiene en su poder restos de uno de los fallecidos en el accidente del Yak-42, que tuvo lugar en 2003 y en el que murieron 75 personas, 62 de ellas militares. En concreto, se trata de una extremidad inferior que entonces fue enterrada sin identificar en el cementerio de Maçka.

Así lo ha confirmado el Ministerio de Defensa español en una nota de prensa, en la que asegura que no tiene constancia documental de todo esto. Asimismo, explica que ha pedido ante la Audiencia Nacional que se inicie un proceso de cooperación judicial para intentar verificar dónde está ese resto y así adoptar las medidas oportunas de identificación. Según Defensa, si este hallazgo finalmente se produce se adoptarían "las medidas oportunas de identificación".

Según informa el departamento de María Dolores de Cospedal, el inicio del procedimiento tiene lugar después de que, a instancias de un familiar de un militar español fallecido en el accidente, el Ministerio de Defensa elevara a principios de este año una consulta al Ministerio de Exteriores de Turquía sobre la posible permanencia en suelo turco de restos mortales de las víctimas.

Ante esa situación, Defensa está informando a las familias sobre el asunto, del que afirma no existe constancia documental. En su respuesta a la petición española, las autoridades turcas, también a instancias del mismo familiar del militar español, han confirmado que tanto las muestras orgánicas de las víctimas como las de los familiares utilizadas para su identificación "fueron destruidas, tal y como determina la legislación turca".