Gonzalo de Castro protagoniza Matar al padre: "La familia es el peor invento de la vida"

  • Movistar + refuerza su apuesta por la producción original con Matar al padre, su nueva serie dirigida por Mar Coll (Todos queremos lo mejor para ella) y con Gonzalo de Castro como protagonista. Conocido por títulos como 7 vidas y Doctor Mateo, el actor madrileño da vida en estos cuatro capítulos -disponibles desde este viernes 25 en VOD- a Jacobo Vidal, "un señor que cree que siempre tiene la razón, que si se hace lo que él quiere y lo que él dice, las cosas irán bien", define el actor protagonista en una entrevista con Europa Press.
Gonzalo de Castro protagoniza Matar al padre
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Gonzalo de Castro protagoniza Matar al padre

Nada más lejos de la realidad, en esta tragicomedia sobre el (excesivo) amor de padre, lo que sale a relucir es la figura de "un hombre autoritario que, en el fondo, no tiene ninguna herramienta emocional. Jacobo no sabe gestionar sus emociones ni pedir perdón a tiempo; siempre llega tarde a ese tipo de cosas", explica De Castro convencido de que, por culpa de los 'Jacobos' que existen en el mundo real, "la familia es el peor invento de la vida".

"La familia es un divertimento terrorífico al que todo mundo se quiere apuntar", argumenta el protagonista acerca del núcleo de la serie, que gira en torno a la evolución de las relaciones entre los cuatro miembros de una familia del todo disfuncional. "Al final, los ejemplos que sigues son los que te han dado, y terminas repitiendo esa manida frase de 'eres igual que tu padre', lo cual es terrible", zanja De Castro.

En Matar al padre, la obsesión de Jacobo por controlarlo todo condiciona enormemente la vida de cuantos le rodean. Ya sea su mujer Isabel (Paulina García), una psicoterapeuta cuyo carácter cálido no consigue apaciguar la testarudez de su marido; su hija Valeria (Greta Fernández), de verbo ácido y sin pelos en la lengua, una cualidad heredada de su padre; y, sobre todo, su hijo Tomás (Marcel Borrás), un chico frágil y depresivo sobre el que Jacobo ha volcado todos sus miedos desde muy pequeño.

Desde 1996 hasta 2012, se trata de un recorrido de 16 años que repasa, más allá de los vaivenes de cada personaje, el fracaso de la propia sociedad. "Creo que es una serie fantástica y muy oportuna -afirma De Castro-, porque también cuenta la historia de un país que ha transitado por una crisis que aún no ha superado. Lo que está contando Mar [Coll] es la historia de un fracaso donde no solo fracasa la familia, sino también el país y la sociedad".

"EL GUION ES IMPRESIONANTE"

De Castro recibió la llamada de la directora, Mar Coll, hace apenas un año. Tras leer la primera separata -uno de los constantes monólogos de Jacobo que rayan lo patológico-, se dijo que aquello era "pura miel; una barbaridad". Por eso, no duda en asegurar que "la serie vale mucho la pena. Es bonita, curiosa y particular", apunta el intérprete madrileño.

"Mar, Valentina (Viso) y Diego (Vega) -todos ellos cocreadores de la serie- han escrito un guión extraordinario, fino, pulido, con la psicología de cada personaje trazada con todos sus tonos... Es algo impresionante", explica De Castro, entusiasmado con su nuevo proyecto. "No se defienden guiones tan buenos ni personajes tan bien pertrechados como este todos los días".

Cuatro meses de rodaje -"un auténtico tour de force", señala el actor - han servido para dar forma a un personaje que ocupa el 95% de las secuencias de la serie. La inspiración, eso sí, no tardó en llegar. "Tuve muy claro el personaje desde el principio. Mar me dio dos pautas... y yo no fui a buscar el agua muy lejos", asegura De Castro argumentando que "tuve una familia, unos padres, unos tíos... Es decir, Jacobo Vidal es una generación como la de mi padre o posterior. Los referentes se encontraban enseguida".

"FALTA EDUCACIÓN SENTIMENTAL"

"Mi padre, sus maneras, su educación, esa posguerra, entre los años 50 y 70. Veía a mi padre con mis hermanos, esos comportamientos tan serios, tan impostados, tan lejanos, nada cariñosos, gente fría, con un analfabetismo emocional terrorífico, sin vida sexual previa... Ese era Jacobo Vidal y me dije: 'Por aquí voy a ir'. Tenía únicamente que cerrar los ojos y rememorar a la familia que yo tuve. Porque mi padre fue un Jacobo Vidal, como lo eran todos en aquella época", reconoce el actor protagonista.

Pero hoy en día, ¿queda algún Jacobo Vidal? Gonzalo no solo está seguro de que sí, sino de que "la cosa está peor". "Yo no tengo hijos, pero me miro en mis hermanos, amigos... Y creo que lo que hace falta es una educación sentimental extraordinaria que no tenemos todavía. Es lo que veo en la juventud o en mis amigos que son padres y no saben manejarse... La paternidad es algo muy serio y falta educación sentimental, que parece que esto es una tómbola. Hace falta mucho amor, ternura, cariño... cosas que no hay. El beso, el acercamiento, el estar, el acompañar, el comprender". Esas son las claves de Gonzalo de Castro para evitar, como su hijo Tomás en la serie, tener que 'matar al padre'.

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