El enigmático proyecto Cloverfield, película de ciencia ficción producida por J.J. Abrams –creador de la serie televisiva Perdidos–, dirigida por Matt Reeves y escrita por Drew Goddard, se acerca a su fecha de estreno: el próximo 18 de enero en EE UU y el 1 de febrero en España.

En esta cinta catastrofista la ciudad de Nueva York es arrasada, narrándose la acción a través de las experiencias de un grupo de jóvenes afectados.

Argumento desconocido

El secretismo ha sido básico en la promoción de una película de la que se ignora casi todo el argumento, excepto que comienza en la Gran Manzana con una fiesta de despedida de unos amigos que se ve interrumpida por algo parecido a un terremoto que sacude la ciudad. Diversos tráileres de la película han sido ya difundidos, todos ellos muy cuidadosos a la hora de no mostrar ninguna imagen del monstruo protagonista, y también han sido proyectados falsos informativos anunciando catástrofes y difundiendo una sensación de realismo respecto a los hechos terroríficos mostrados. El secretismo que ha envuelto al filme ha llegado hasta el punto de barajarse diversos nombres para la película (01-18-08, Monstruous o Wreck han sido algunos), especularse sobre el origen del monstruo (que podría ser extraterrestre, haber surgido del mar o, en un principio, ser una especie de amenaza viral) y crearse varias páginas web (slusho.jp , www.1-18-08.com e incluso www.tagruato.jp) que desvelaban con cuentagotas el contenido de este filme. Lo cierto es que de momento todo son suposiciones. Próximamente sabremos la verdadera historia de Coverfield.

La imaginación al poder

Lo último que se sabe acerca de Cloverfield es lo publicado en la página Slahfilm, que partiendo de la descripción que han hecho algunos espectadores que han asistido a pases previos de la película se atreven a mostrar una imagen aproximada de cómo seria el monstruo. Afortunadamente, el secreto está a punto de descubrirse, aunque su estreno primero en EE UU (18 de enero) hará que muchos españoles sepan detalles de la trama con dos semanas de antelación.