Una documentación entregada a la justicia por el 'yonqui del dinero' impulsó la investigación sobre Zaplana

Marcos Benavent, exgerente de Imelsa y autodenominado "yonqui del dinero", en la Ciudad de la Justicia de Valencia.
Marcos Benavent, exgerente de Imelsa y autodenominado "yonqui del dinero", en la Ciudad de la Justicia de Valencia.
EUROPA PRESS
Marcos Benavent, exgerente de Imelsa y autodenominado "yonqui del dinero", en la Ciudad de la Justicia de Valencia.

Eduardo Zaplana, fue detenido este martes por los presuntos delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación cuando era presidente de la Comunidad Valenciana, algo que ocurrió entre los años 1995 y 2002. Este miércoles varios medios recogen que la investigación sobre este asunto, denominada operación Erial, arrancó de unos documentos entregados en el juzgado por Marcos Benavent, exgerente de Imelsa, empresa de la Diputación de Valencia.

Benavent apareció en escena en 2015 cuando se autodenominó "yonqui del dinero". "Me he llevado de todo, dinero y caja y comisiones. Casi todo el mundo está en movidas", declaró a los medios, sin querer citar a ningún político. Lo hizo a su llegada a los juzgados para declarar tras una denuncia interpuesta por los gerentes de Imelsa por presuntos gastos injustificados y otras irregularidades.

En ese momento se planteó dar un giro de 180 grados, algo que materializó no solo con su colaboración con la justicia sino también con un cambio físico: pasó del traje de chaqueta a un aspecto más hippy, con ropa muy informal, pendientes, pulseras, el pelo largo y una densa barba.

"Voy a decir la verdad. Voy a provocar mucho daño pero la gente necesita saber la verdad", advirtió e insistió: "Va a salir mierda a punta pala".

Hacía entonces pocos meses que se había hecho público que la Fiscalía Anticorrupción estaba investigando irregularidades en contrataciones de Imelsa, a raíz de una denuncia interpuesta por EUPV, causa en la que Benavent resultó imputado.

"Dos millones de pelas"

Antes de lanzar aquellos avisos, el exgerente de la empresa pública ya había llevado al juzgado unas grabaciones relacionadas con el cobro de comisiones que salpicaban, entre otros, al expresidente de la Diputación Alfonso Rus y a la exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Valencia María José Alcón. Al primero se le escuchaba contando "Uno, dos, 2.000, 3.000... y 12.000 euros. Dos millones de pelas", extremo que Rus siempre ha negado al asegurar que esa no era su voz.

En estos años, Benavent ha estado colaborando con las instancias judiciales en todo lo que se le ha reclamado, acudiendo tanto a Fiscalía como al juzgado cuando se le ha requerido y entregando diferente documentación y discos duros relacionados con la trama corrupta.

Ha llegado a acusar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de "estar al corriente" de lo que ocurría en Imelsa, así como el expresidente valenciano Francisco Camps. "El partido está imputado por corrupción, por destruir discos duros... Negar que el presidente conociese lo que sucedía... Vamos, yo no lo hago tan tonto. Cada uno que crea lo que quiera", afirmó.

Sin arrepentirse en ningún momento de haber hablado, en una de sus últimas comparecencias ante los medios Benavent dijo ser "conocedor" de las prácticas sobre la presunta financiación irregular del PP valenciano que su exsecretario general Ricardo Costa había reconocido en sede judicial. Costa admitió financiación con dinero negro y culpó a Camps.

Un imán sirio

La documentación que dio inicio a la operación Erial le fue entregada al exgerente de Imelsa por un imán sirio. Este la habría encontrado en un falso techo al hacer obras en su casa, en el edificio de La Pagoda, una vivienda que con anterioridad había pertenecido a Zaplana, según han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras de la investigación.

Se trataría de esquemas hechos por la mano del propio de exministro y que presuntamente recogerían movimientos ilícitos de dinero. El imán vio que se trataba de documentos muy delicados y se los entregó a Benavent, con el que mantenía una buena relación, para que los custodiara e hiciera lo que creyera conveniente con ellos.

El "yonki del dinero" los entregó en el juzgado en 2015, en el germen del caso Imelsa, que afectaba en aquel momento a la Diputación de Valencia presidida por Rus y que acabó implicando al grupo popular en el Consistorio valenciano con Taula y otras piezas, como las relativas a la construcción de colegios a través de la empresa pública Ciegsa. El último episodio hasta el momento ha acabado con el que fuera uno de los pilares del PP de Jose María Aznar entre rejas.

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