El repunte es tal que el incremento registrado en los pueblos cercanos a la capital aragonesa es incluso superior, en términos absolutos, al de Zaragoza. Sólo los diecinueve municipios más importantes del extrarradio crecieron en 2006 en 5.241 personas, frente a los 5.209 vecinos nuevos que se instalaron en la ciudad.

El precio de la vivienda es uno de los factores más influyentes a la hora de abandonar la ciudad. «Los jóvenes no pueden permitirse los precios de la vivienda de Zaragoza, y deciden salir de la ciudad», explica el director de promoción empresarial de la Cámara de Comercio de Zaragoza, Dioscórides Casquero.

El crecimiento de algunos municipios ha sido incluso muy superior a la media. Cuarte aumentó sus habitantes un 18,8% en un año; María de Huerva un 14,7%, y Pinseque un 7,75%. Otro ejemplo es el de La Muela, que ha multiplicado su población por tres en diez años, y cuenta en la actualidad con 3.965 habitantes.

Algunos de los nuevos vecinos llegan de otros pueblos de Zaragoza, como Tarazona y Tauste, que perdieron un 1% de su población. También de otros pueblos de la comunidad, como Jaca o Monzón, que sólo crecieron un 0,1% de 2006 a 2007.

Este aumento de población se explica también por la creación de polígonos industriales en estos municipios próximos a Zaragoza. «Los trabajadores prefieren instalarse allí que tener que depender del coche», comenta Casquero.

Y en el futuro, el ‘efecto donut’

«Zaragoza llegará incluso a perder población de aquí a 50 años y los pueblos seguirán ganando», explica Dioscórides Casquero. Es lo que los expertos denominan efecto donut, ya que la parte más abultada en población y servicios no sería la del centro, sino la de la periferia. El director de promoción de la Cámara añade que, en un futuro cercano, la mejora de recursos y comunicaciones,  «el metro y los Cercanías, acercarán aún más los pueblos a Zaragoza y facilitarán los desplazamientos».