El uniforme se abre camino en los colegios públicos

El Antonio Allúe Morer es el primero que implanta esta iniciativa en la ciudad. El precio, 27 euros y 7 más con el babi, lo mejor para los padres.
Sudadera granate con el escudo del colegio, pantalón o falda gris oscura (las niñas pueden elegir), polo blanco, también con el escudo, zapatos negros y babi rojo con cuadros blancos. Todos iguales, sin diferencias.

Así van a clase los alumnos de 1º y 2º de Primaria y 1º de Infantil del Allúe Morer, el primer colegio público de la ciudad, y de Castilla y León, que se lanza a implantar el uniforme. «Los estudiantes de tercero ya llevan chandal del cole desde hace tiempo y eso nos dio la idea para proponer el uniforme completo», afirmó su director, Luis López.

«Es una cuestión de igualdad, de integración», añade López, quien añadió que al plantearlo a los padres pensaron que iba a haber reticencias entre los que menos recursos económicos tenían pero «se lanzaron los primeros».

27 euros

Una de las características más atractivas de esta iniciativa es el precio. Sudadera, polo y pantalón o falda cuesta 27 euros, siete más si se incluye el babi. Este precio se ha conseguido gracias a que es el propio colegio quien hace las gestiones. «Así nos quitamos los intermediarios».

«No queremos que el dinero sea un problema y por eso planteamos la opción de que se pueda pagar, incluso, a plazos», destacó el director. Él informó de que se implantará progresivamente cada año hasta que lo lleven todos.

«Aún no conocemos ningún centro más que se vaya a sumar al uniforme, pero estamos seguros de que hemos abierto un camino y, sobre todo los padres, se mostrarán interesados», finalizó López.

El uniforme se une a otras iniciativas del centro para aumentar la matrícula. «Hemos mejorado mucho en los últimos años. Somos bilingües y cada día trabajamos para que la integración de todos sea total», finalizó.

Hablan los padres

Ainhoa Arranz. Presidenta del Ampa del Allúe Morer.

«Es una comodidad»

«El uniforme me parece fenomenal, es una comodidad en todos los sentidos, incluido económicamente», reconoce la presidenta del Ampa del colegio y madre de una niña que ya luce el suyo tan contenta.

«Lo mejor es que todos son iguales y no se marca diferencia ni con marcas ni con nada», añade Ainhoa, quien afirma que ella ha elegido la falda para su hija (podía ponerle pantalón también) porque «era un poco reacia a llevarlas y ahora está encantada. Va como todos sus compañeros». Además, espera que esta iniciativa atraiga a más padres al centro. «Ojalá se matriculen más niños», finaliza.

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