Si la contempla de noche, verá un halo de luz verde en su último cuerpo circular, espacio que sirvió de prisión en la Edad Media y donde guardaban los metales preciosos traídos de Indias. Los trabajos de restauración y limpieza ya han concluido. El resultado: el monumento tiene ahora un aspecto más parecido al que tenía en el siglo xii, cuando se construyó como torre de vigía para proteger la entrada al puerto. La inversión, 820.000 euros. En el proyecto han participado la Fundación El Monte, el Centro Superior de Investigaciones Científicas, arqueólogos, técnicos, la Real Maestranza de Caballería, la Fundación de Museos Navales y la Fundación Focus Abengoa. Además de las autoras del proyecto María Caballos y Cristina Borrero.