Según Juan Ordóñez, de la inmobiliaria MC, el mercado ha llegado a estos precios porque «hay mucha demanda y la oferta es escasísima».

El centro histórico es un buen ejemplo de lo que desencadena la falta de viviendas disponibles: menos de 40 m2 cuestan 430 euros a los que se añaden gastos de agua y luz. Es muy difícil encontrar algo por menos de 500. Y en calle Larios, con dos dormitorios, la renta puede alcanzar los 810, según los últimos datos de MC.

El panorama no es mucho mejor para el bolsillo en Cristo de la Epidemia y Fuente Olletas (hasta 600 euros por dos dormitorios), La Unión y Eugenio Gross (igual cantidad, pero con un cuarto más) o Ciudad Jardín (550 contando con tres estancias).

Y es que el alquiler ha subido, en proporción, tanto como la venta de inmuebles de segunda mano y casi lo mismo que los recién construidos. El 80% de las propiedades que se arrendan están amuebladas y su contratación requiere un desembolso inicial de entre 1.000 y 1.500 euros en concepto de fianza.

En cabeza

Teatinos: La cercanía del campus universitario y la futura Ciudad de la Justicia hacen que tanto estudiantes como bufetes, estudios y oficinas quieran instalarse allí. El precio más bajo es de 650 euros mensuales.

Lo más barato

Carretera de Cádiz: Es lo más asequible, aunque nunca se trata de menos de 400 euros mensuales, excepto en barrios deprimidos.

Lo más caro

Paseo de Reding y Pedregalejo: Un piso de tres dormitorios vale entre 850 y 900 euros al mes. Los apartamentos con sólo un cuarto oscilan entre 450 y 800.

Las agencias públicas naufragan

Los propietarios de vivienda que tienen intención de arrendar no están por la labor de colaborar con las administraciones, que están impulsando agencias públicas de alquiler con intención de reactivar el mercado y facilitar el acceso a la vivienda de los más jóvenes. Las inmobiliarias pueden más que el Estado, la Junta y los ayuntamientos juntos. «Los dueños de los pisos no están interesados en este sistema porque las bonificaciones son bajas», apunta desde MC Juan Ordóñez. Una vez más, la realidad supera con creces las previsiones oficiales.

María Jesús López Enamorado. 29 años. «Vivo en una casa alquilada en calle Sevilla desde hace siete años. Estoy pagando 480 euros al mes y tiene unos 80 metros cuadrados, pero en el futuro compraré una vivienda, porque alquilar es tirar el dinero».

Pablo Balaguer. 24 años. «En mi piso, que está por Cruz de Humilladero, somos cinco. Pagamos 100 euros al mes cada uno. Una casa de 30 metros me valdría para que mi novia y yo nos fuéramos a vivir juntos. Más adelante ya nos compraríamos una».

Susana Domínguez. 32 años. «Hace dos años que vivo en una casa de 27 metros cuadrados y pago 480 euros al mes. Como tengo opción de compra, si la adquiero me descontarán lo que he ido pagando en este tiempo. Creo que, al final, me la compraré».