«Desde el día en que asistí a la primera misa, me di cuenta de que son aburridas y de que no hay gente joven», cuenta Modesto Onvuru, director del coro de gospel La voz de Cristo, que canta en la parroquia católica Nuestra Señora de Monteolivete.

Acudir todos los domingos a misa es una tradición que se está perdiendo. «En mi país todo el mundo va a misa», afirma Onvuru.

«Le propuse al párroco la idea de montar un coro y le gustó mucho, se puso muy contento y nos dio todas las facilidades», explica.

Al principio, los fieles no reaccionaron muy bien, pero ahora el coro ha conseguido tener una gran aceptación. Todos los domingos, a las 20.00 horas, esta iglesia se llena. Además, se ha logrado que los donativos aumenten considerablemente, recogen unos 1.300 € al mes.

Lo que también aumenta es la duración de la misa: de 25 minutos a una hora.

También actúan en bodas, comuniones y bautizos. «Por actuaciones privadas cobramos 400 euros por estar dos horas cantando», cuenta Onvuru.

Con su música crean «un buen ambiente». Además, componen sus propias canciones en castellano, pero también cantan en su dialecto, el sang.

El coro La Voz de Cristo lleva en activo tres años y esta formado por 25 personas de Guinea Ecuatorial, casi todas estudiantes. Gracias a ellos la iglesia vuelve a respirar vida y juventud.