Un año más toda Segovia celebra el nuevo aniversario del Refugio de Rapaces de Montejo. Ayer se cumplieron 33 años desde que este paraje segoviano, enclavado en las tierras bañadas por el Riaza, se convirtió en santuario de aves y demás especies autóctonas. WWF/Adena fue la encargada de su fundación y posterior gestión desde 1975, todo un hito en el panorama conservacionista de nuestros país.

El alimoche el gran protagonista

La asociación ecologista Adena ha destacado en este nuevo aniversario el apoyo, que ha tenido en todo momento, de los vecinos de Montejo de la Vega. Un "enorme compromiso e implicación" que ha ayudado de manera especial a la "conservación de este espacio protegido", como ha declarado el colectivo verde. Muchos de estos segovianos que han trabajado por mantener la pureza de su entorno han podido ver en primera persona cómo ha mejorado la calidad del Riaza.

Entre los datos a modo de resumen que ha ofrecido Adena destaca el censo visual de la nutria, que ha dado como resultado una cifra récord en cuanto a avistamientos en el tramo medio del río Riaza. Se tiene la certeza de que son cuatro ejemplares diferentes los que tienen allí su hábitat, indicando con su presencia la calidad de las aguas del río. Calidad que también viene avalada por el martín pescador y la rata de agua, que comparten ecosistema con la nutria.

2007 se ha cerrado con unos resultados muy positivos en cuanto a la recuperación de la flora y fauna local. Tanto ha sido así que la perdiz y el corzo han visto como sus poblaciones han crecido en un 62% y 29% respectivamente. Se ha aumentado la masa forestal con 864 plantones y 430 semillas. Pero sin duda uno de los grandes logros conseguidos en 2007 ha tenido al alimoche como protagonista. Este ave amenazada reunió el pasado diciembre a un grupo de estudiosos de la especie que elaboraron un documento en el que se detalla su situación y las posibles actuaciones para su recuperación.

Los primeros pasos del ecologismo

En 1975 se inauguró en Montejo de la Vega el Refugio de Rapaces, siendo desde esa misma fecha uno de los buques insignia de la labor ecologista de Adena. Ocupa alrededor de 2.100 hectáreas de barrancos y cañones excavados por el Riaza. En este santuario anidan más de 800 ejemplares de buitre leonado, compartiendo el cielo con alimoches, águilas reales, búhos reales, halcones peregrinos y otras rapaces.

Las 300 especies de vertebrados que viven en el Refugio forman parte de la dieta de estos carnívoros alados. Algunos tan raros como la alondra de Dupont o el desmán de los Pirineos. Todos ellos encuentran en esta reserva un ecosistema perfecto lleno de particularidades en forma de microclimas y una compleja orografía. Los 6.000 visitantes que se acercan cada año hasta este rincón de la provincia de Segovia se han convertido en la mejor de las propagandas para el espacio protegido, erigiéndose así en un rincón de naturaleza casi virgen.

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