Sànchez, sobre Artadi: "Le auguro un largo recorrido político sea o no candidata y tiene todo mi apoyo"

Jordi Sànchez, expresidente de la ANC.
Jordi Sànchez, expresidente de la ANC.
Europa Press - Archivo
Jordi Sànchez, expresidente de la ANC.

"Elsa Artadi es una mujer capacitada de sobras y le auguro un largo recorrido político, sea o no sea ahora aspirante a la presidencia. Ella sabe que tiene todo mi apoyo". Así se ha posicionado el presidente del grupo parlamentario de JxCat, Jordi Sànchez, sobre si cree que la portavoz de la formación puede ser candidata a la investidura, en una entrevista a la ACN que ha respondido por escrito desde la prisión de Soto de Real. El número dos de JxCat también se muestra convencido de que Carles Puigdemont no derrochará el mandato del 21-D: "Unas nuevas elecciones no nos aportarán nada nuevo que ahora no tengamos ni podamos hacer".

Además, Sànchez pide a la CUP que salga de la "zona de comodidad" y arriesgue por la República. Por otro lado, el expresidente del ANC -encarcelado desde hace casi 200 días- explica que no tiene previsto renunciar al acta de diputado y avisa de que si el Supremo quiere continuar impidiendo que ejerza sus derechos lo hará "violentando la resolución de las Naciones Unidas". Finalmente, Sànchez opina que el independentismo tiene que asumir como "riesgo" que pueda haber más dirigentes encarcelados pero no como "inevitable".

El Estado ha evitado dos veces que usted asistiera a la investidura. Esto no había pasado nunca. Incluso a un preso de ETA se le concedió este permiso. ¿Qué valoración hace?

Es tanto o más preocupante la argumentación que la decisión. Cuando en el razonamiento del juez lees que "he renovado mi voluntad delictiva formando parte de una candidatura como JxCat", y observas que ni la Fiscalía, ni el Tribunal Constitucional, ni el TSJC, ni la abogacía del Estado han iniciado ninguna actuación contra JxCat te das cuenta del poder absoluto de alguien que, lejos de actuar como instructor objetivo y basándose en hechos o indicios relevantes, proyecta sus miedos y percepciones contra los hoy procesados. Que un magistrado del Supremo vea más riesgo en el uso que yo podría hacer de la palabra en la sesión de investidura que en el arsenal de armas por el cual fue condenado el miembro de ETA es toda una declaración de intenciones. El Estado se siendo más débil con la demanda democrática de autodeterminación que vive Cataluña que con la misma demanda ejercida desde la violencia que representaba ETA.

A principios de abril volvió a ser nombrado candidato de JxCat a la investidura. ¿Qué diferencia había entre el primero y el segundo intento? Cree que el pronunciamiento de la ONU lo valida y blinda como candidato? ¿Qué consecuencias tiene que haber después de que Llarena haya obviado el pronunciamiento de Naciones Unidas?

Es obvio que las cautelares de Naciones Unidas obligaban el Estado. No solo porque el Estado ha firmado voluntariamente los protocolos con Naciones Unidas que comprometen a seguir siempre las resoluciones de la Comisión de Derechos Humanos -y las cautelares son una resolución-, sino porque el mismo Tribunal de Justicia Europeo sentenció que todos los estados europeos que habían subscrito los tratados y protocolos de los Derechos Humanos de Naciones Unidas tenían el deber de implementar sus resoluciones. El Tribunal Supremo está arrastrando el Reino de España a una de sus mayores vergüenzas ante la comunidad internacional y especialmente los tribunales de países europeos y los propios tribunales internacionales. Tengo el convencimiento de que el Supremo ya ha descontado este coste, sabe que en el caso del TEDH llegará dentro de unos cuántos años. Su misión actual es literalmente decapitar a quienes ellos consideran responsables del gran movimiento ciudadano que fue en realidad el 1 de octubre, pensando que así acaban con los que los definen como "el desafío soberanista". Demuestran una gran ignorancia de la realidad catalana. Pero tienen poder, nos harán daño personalmente -ya lo están haciendo-, pero una vez hayan eliminado a quienes ahora estamos en la prisión o en el exilio se darán cuenta que el problema político sigue donde estaba, con nuevos liderazgos y pendiente de la solución política que ahora no se ha encontrado por incomparecencia del Estado. Solo un referéndum acordado acabará con el conflicto que hoy ocupa a los poderes judiciales españoles y más preocupa al resto de poderes del Estado.

El día 16 le reprochó a Llarena que no es "imparcial" y que no puede ser "juez y víctima" del proceso. ¿Se quedó con las ganas de decirle algo más? ¿Hay que endurecer la dialéctica contra el magistrado? ¿Recurrirá la interlocutoria de su procesamiento en la sala de apelaciones?

No es una cuestión de endurecer dialéctica contra el magistrado, ni de cambiar de estrategia. Sobre esto se ha hecho mucha literatura. Ni en la declaración ante el juez el pasado enero nos arrodillamos ni ahora fuimos al enfrentamiento. La diferencia es que durante este tiempo el juez ha cometido graves errores y ha puesto por escrito razonamientos sorpresivos por su debilidad jurídica y por la fuerte carga ideológica, política y subjetiva. Mi línea de defensa y argumental es exactamente la misma: la violencia es inexistente, no hay ningún acuerdo entre el Gobierno y las entidades para hacer un golpe de estado, toda mi actuación y la de la ANC era pública y notoria y nunca la Fiscalía ni ningún tribunal me requirió a no actuar -cosa que demuestra que no era delito lo que hacíamos. El 20 de septiembre no impedimos, ni nos lo propusimos, la acción de la comitiva judicial ante la sede de Economía, todas las manifestaciones y el mismo 1 de octubre se tienen que entender desde el legítimo ejercicio del derecho a manifestación y a la libertad de expresión. Todos los llamamientos que desde las entidades hacíamos a mantener una actuación no violenta y cívica eran sinceras y convencidas. La única violencia vivida el 1 de octubre de manera masiva fue la protagonizada por los cuerpos policiales. Esto es lo que le dije el 14 de enero y el 16 de abril al juez. Y le remarqué algunos de los errores y vulneraciones de derechos que creo que está haciendo en su instrucción. Obviamente recurriré todo aquello que niegue mis derechos y avale el relato fantasioso que la Guardia Civil está haciendo sobre el referéndum.

Si volviera a ser candidato, ¿qué estrategia seguirá para que Llarena le deje asistir, esta vez, al pleno de investidura? ¿Y cómo intentaría convencer a la CUP para que votara en su favor?

Ante Llarena sólo hay una estrategia. Exigirle que respete mis derechos políticos y que deje de interferir en las decisiones del Parlament. Que no siga retorciendo los resultados de las urnas del pasado 21-D, que asuma la separación de poderes, que no imponga sus sufrimientos y miedos a la voluntad de los electores expresada el 21-D. Y a la CUP le diría que salgan de su zona de comodidad, que bajen a la arena política y que se arriesguen como nosotros para ganar democráticamente la República. En cualquier caso respetaré su decisión en la próxima sesión de investidura. No puedo dejar de pensar, sin embargo, en la oportunidad perdida al no haber investido presidente a Jordi Turull 24 horas antes de que Llarena decretara su prisión incondicional.

¿Cree que tendrá más posibilidades de salir de la prisión si renuncia formalmente a su candidatura? ¿Se plantea ahora dejar de ser presidente del grupo parlamentario de JxCat? ¿Y dejar el acta de diputado, tal y como insinuó después de su primera investidura fallida?

En absoluto. Nuestra libertad no depende en ningún caso de lo que pase en las instituciones. La decisión del Supremo ya está definida: castigar de manera ejemplar las cabezas visibles -políticas y sociales- del movimiento soberanista. Su error es creer que así acabarán con la demanda democrática que una gran parte de la sociedad catalana plantea. Y su atrevimiento es tan grande que los lleva a despreciar la realidad, a inventar un relato y a ignorar nuestros derechos políticos. No son conscientes de que avanzan a gran velocidad contra un muro, el muro de los derechos civiles y políticos, y allá se estrellarán, dejando malogrado de manera grave el propio prestigio del Estado que dicen defender. Yo nunca he especulado sobre mi renuncia. Cuándo he creído que tenía que renunciar a la investidura lo he hecho. Y si algún día creo que tengo que renunciar al escaño lo haré, no lo insinuaré. En todo caso ahora no lo tengo previsto. Si el Tribunal Supremo quiere continuar impidiendo que ejerza mis derechos lo hará violentando la resolución de Naciones Unidas.

¿Cree que si se inviste a un presidente que esté encarcelado o en "el exilio" tendría que tener menos atribuciones políticas? ¿Habría que fortalecer la figura de la vicepresidencia, o del consejero de la Presidencia, para que haya un cargo con funciones decisivas que opere desde Sant Jaume?

Hace falta no olvidar que la legislación ya prevé la delegación de las atribuciones del presidente a excepción de unas pocas funciones que son indelegables. Nadie tiene que sufrir. Tendremos un Govern eficaz y eficiente y un presidente pulcramente fuerte. La comunicación y la coordinación interior-exterior mientras haya presos y exiliados y el Govern esté presidido por JxCat funcionará, y nunca se sacrificará dispersar un Gobierno competente y ágil. Se puede tener tranquilidad plena en este sentido.

Falta menos de un mes para que se agote el calendario y se convoquen elecciones de manera inmediata. ¿Cuál tiene que ser la estrategia de JxCat? ¿Volver a intentar investir a Puigdemont por vía de la reforma de la ley de Presidencia? ¿Insistir en usted y Turull? ¿Proponer un cuarto candidato? ¿O bien repetir elecciones?

Unas nuevas elecciones no nos aportarán nada nuevo que ahora no tengamos ni podamos hacer. El mandato del 21-D está claro, tenemos mayoría para implementarlo y si no lo hemos hecho hasta ahora no es porque no hayamos querido sino porque no nos han dejado. Hasta en cuatro ocasiones los poderes del Estado español nos han impedido formar Gobierno y levantar el 155. El presidente Puigdemont ya lo ha expresado en varias ocasiones: queremos formar Gobierno y no renunciaremos a hacerlo. Por nosotros no quedará. La reforma de la ley de Presidencia es una vía legítima y ajustada a ley. No es la única vía. Cuando llegue el momento el presidente Puigdemont ya comunicará la decisión. Contrariamente a la imagen que algunos quieren construir de Puigdemont, es muy responsable y sabe desde el primer minuto qué es el mandato y la fuerza del 21-D. No la derrochará.

En caso de proponer un nuevo candidato, ¿cree que tiene que ser alguien sin causas judiciales abiertas? ¿Vería con buenos ojos que este candidato fuera un independiente, o bien alguien con carné del PDeCAT?

No podemos aceptar que de entrada una causa judicial injusta, injustificada y de innegable naturaleza y matriz política sirva, sin que haya ninguna inhabilitación judicial, para eliminar liderazgos políticos. Esto es propio de mentalidad de súbdito de República bananera. Por eso Puigdemont continúa siendo nuestra primera y legítima opción. Sea quién sea será alguien que representará bien el espíritu de JxCat, y servirá dignamente y lealmente al mandato de los electores el pasado 21-D.

¿Vería correcto que Elsa Artadi aspire a la presidencia, para desbloquear la investidura, evitar elecciones y acabar con el 155?

Artadi es una mujer capacitada de sobras y le auguro un largo recorrido político, sea o no sea ahora aspirante a la presidencia. Ella sabe que tiene todo mi apoyo.

¿El independentismo tiene que asumir que puede haber más líderes encarcelados?

Lo tiene que asumir como riesgo, no como inevitable. En la prisión no se gana nada y el Estado ya tiene, quizás, parte de lo que quería. No veo nuevos encarcelamientos. Ya nos tienen a nosotros. Pero en todo caso no podemos dejar de ejercer el derecho a manifestación, expresión y asociación sin traicionar en esencia los valores de la libertad y los principios democráticos. No tenemos que regalar nuestra libertad a quienes nos quieren sometidos. Igual que después de los atentados en Barcelona y Cambrils la ciudadanía ganó la calle con el grito "no tengo miedo", ahora después de los encarcelamientos y el 155 hemos ganado seguir existiendo gracias al 21-D y a las grandes movilizaciones de los últimos seis meses. Las urnas y la calle serán siempre los espacios desde donde construiremos democráticamente y pacíficamente un futuro republicano. No hay margen porque el miedo nos venza.

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