El Supremo de EE UU evalúa si un preso sufrirá dolor adicional durante su ejecución

Cámara de ejecución mediante la administración de una inyección letal, en EE UU.
Cámara de ejecución mediante la administración de una inyección letal, en EE UU.
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Cámara de ejecución mediante la administración de una inyección letal, en EE UU.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos aceptó este lunes evaluar el caso de Russell Bucklew, un preso de Misuri condenado a muerte que asegura que sufrirá un dolor "innecesario" al ser ejecutado porque padece una enfermedad rara.

La ejecución de Bucklew, mediante inyección letal, estaba fijada para el 20 de marzo, pero el Tribunal Supremo decidió suspenderla con cinco jueces a favor de la cancelación y cuatro en contra, mientras considera su recurso.

Por su parte, la defensa de Bucklew, de 49 años y condenado a muerte por el asesinato del novio de su expareja y por violar a esta en 1996, asegura que la ejecución le producirá un daño innecesario debido a que sufre una enfermedad llamada cavernoma, una malformación vascular que predispone a hemorragias a quienes la padecen.

Según detallan los abogados de Bucklew, su enfermedad provoca la formación de tumores inestables y llenos de sangre en la cabeza, cuello y garganta, unos bultos que pueden romperse fácilmente y bloquear las vías respiratorias.

El resultado, según aseguran, es que la inyección letal hará que los tumores de Bucklew se rompan y acabe ahogado en su propia sangre, sufriendo "el dolor insoportable de una asfixia prolongada".

Buscan el amparo de la Carta Magna

La polémica de la pena de muerte de este hombre de 49 años recuerda que él era la primera persona que iba a ser ejecutada en Misuri en 2014 tras la muerte violenta de otro hombre en Oklahoma, quien falleció tras 43 minutos de agonía antes de tener un ataque al corazón, según indica The Washington Post.

Por ese motivo, lo que quieren los abogados de Bucklew es que el Tribunal Supremo determine que deben encontrarse métodos alternativos de ejecución para aquellos presos con condiciones médicas graves y que tienen la posibilidad de sufrir un dolor adicional debido a las enfermedades que padecen.

La defensa interpuso su recurso buscando el amparo de la Octava Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe los castigos crueles e inhumanos. En el caso de quefuera aceptado, podría utilizarse gas para acabar con su vida, aunque en Misuri no dispone de una cámara de gas y es un método que solo se utiliza de manera secundaria en algunos estados como California y Wyoming.

Conviene recordar que, desde que el Tribunal Supremo reinstaurara la pena de muerte en 1976, el país en conjunto ha ejecutado a 1.474 personas, y Misuri a 88, según un informe actualizado del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

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